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Libertad del punto y aparte.

No temas si estoy en silencio. Hoy soy algo así como un cuaderno repleto de frases desordenadas. Ando buscando la forma de tejer mi propia historia. Hay borradores que debo eliminar. Capítulos enteros que hasta hoy no le había dado importancia, ahora busco la manera de otorgarles fuerza de prosa. A otros agregarles unos puntos y comas, algún que otro signo de interrogación, unos pocos de exclamación. Si no escribo es porque justo me encuentras en la difícil tarea de darle libertad al punto y aparte…

Tu voz...

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No quería saber cómo eras, prefería que siguieras siendo palabras, alguien que indagaba en una sucesión de comentarios y nada más. Pero me dejas un mensaje de voz y todo cambia, me desguarnece, me atrapa. Escucho una y otra vez ese mensaje, quedo en él, inmovilizada, abrazada por una voz, encantada, fascinada. Mariposa frágil ante el verano indócil, lluvia grácil después de tanto desierto caminado. Me viste de alegría tu voz, me gusta saberla abridora de mañanas. Las estrellas dejan de titilar cada vez que la escucho y el cielo se multiplica en racimos de esperanzas. No quiero saber nada más de tu persona, necesito quedarme con tu voz. No insistas, prefiero que cada palabra tuya siga decantando dulcemente en mi fantasía, no quiero que la desesperanza desborde en tristezas, temo que la certeza me niegue esta mágica melodía. Deja que mis deseos se desboquen en loca carrera y que mi imaginación se pierda en lo posible, hoy no tengo tiempo para comprobar cuánto hay de cierto entre mi ilusi

Mi advertencia

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Antes de entrar a mi vida, te advertí: "No volverás a ser el mismo, luego ..." Quise protegerte del futuro, el deseo que tendrías de regreso y no alcanzarme. Te dije que una mujer extraña, que ríe sin saber de qué, que habla con las flores y los gorriones, que lee cuando quisieras que no, que escribe papelitos en una letra que nadie entiende y que parece como si no estuviese en ningún lugar, pero siempre está presente. Es una mujer peligrosa, de esas que no se olvidan. Una mujer  que no separa el alma del cuerpo, todo lo vive intensamente, llora y se emociona con un atardecer, que escribe versos raros y que canta aunque su voz sea difícil de compartir. Una mujer que pelea por las causas justas y que sufre por los países saqueados, que no discute de política, porque ella misma es política. Que no comulga con los ruines, los corruptos y los que permiten que mueran niños y ancianos de hambre cuando tienen en sus manos el hacer y el poder. Dicen por ahí "quien advierte

Cielo-rayuela

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Cada vez que me descubro indefensa ante la mentira del otro pienso que debería intentar comenzar el lento aprendizaje de la desconfianza, pero como soy una soñadora a tiempo completo no puedo aceptar tal aprendizaje. Quizás la negación hace que siga creyendo una y otra vez… ¿O quizás esta suerte de innatismo de la credulidad es una protección natural para la tristeza crónica? De todas formas, el tiempo comparte los mismos misterios con el rocío y las sombras de tantas noches permanecen en su obstinada pretensión de ganarle al día. El mundo sigue jugando a la rayuela y el CIELO, como nos decía Cortázar , es tan difícil de alcanzar…

Libertad acorralada

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Unos niños bajaron de la montaña asustados, diciendo haber encontrado una cueva de donde brillaban luces extrañas, voces desconocidas los llamaban, risas inciertas los buscaban. Nadie les creyó, “juegos de niños” dijeron. Al tiempo un anciano bajó con la misma novedad, “cosa de viejos” respondieron. Pasó un mes y una pareja de enamorados llegó al pueblo anunciando lo mismo… “ocurrencias del amor” otra vez… Al fin, el sabio del pueblo que se enteró tarde del tema, porque así son los sabios, tanto andar en otros mundos poco saben de la realidad, decidió armar una comitiva e ir a ver qué pasaba “para que el mito no se instale” dijo, muchos no sabían quién era el señor Mito pero por respeto decidieron seguir su consejo. Al llegar al lugar citado por los demás se encontraron con las luces, las voces, las risas. Ninguno dijo palabra, sólo atinaron a correr montaña abajo pero en silencio esta vez. Cuando los otros pobladores les preguntaban ellos quedaban mudos… Esta forma de evadir la verdad

Invitación

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Vamos a liberar mariposas que volarán con cada suspiro nuestro, amémonos como si ésta fuese la última de las noches . Con cada beso, un girasol se abrirá allá lejos, hasta ser cientos, miles, todos perfumaditos de encuentro. Cada abrazo traspase el universo y gire buscando otros universos. Basta de lenguajes extraños, el único claro es el de la caricia sin tiempo. Reconozcámonos en nuestras miradas, vestidas de orquídeas color esperanza, desatemos los nudos de la nostalgia, vayamos en nuestra alfombra mágica a buscar otras alboradas. Superemos todas las trampas para los enamorados, que los ángeles tristes no golpeen nuestra alegría, que todo sea un camino bordeado de versos. Vamos a vitorear a los sueños, allí donde la poesía se encuentra con lo más humano, olvidémonos de nosotros mismos. Si quieres por esta noche, convirtamos este páramo en una bendición perpetua para que la traición quede encerrada en otro cielo y no podamos escuchar sus ruegos… Coincidamos en el mismo refugio para a

No sé nada...

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No sé nada, ni siquiera lo que creí saber, hoy no es cierto. De mis pasos apenas me queda el bosquejo, los intentos han sido muchos, algunos fracasos que no son tantos, algunos amores que no presienten el olvido, mariposas en la melancolía que aún giran. Importancia de lo que vendrá más allá de lo ocurrido, zonas oscuras que prefiero que queden así, finales felices y de los otros, tener el coraje de aventurarse en lo desconocido, muerte al miedo a pasar vergüenza, desalojo de los jamás, volver a intentar a ser equilibrista en este circo, darle lustre a los siempre por si acaso… sabiendo que no sabemos nada, apenas algo de esta vida, ni siquiera podemos predecir el tiempo, todo es a puro instinto y nada más. Saber que la vida es eso, un momento más que nos acerca a lo finito, una danza de la fortuna, donde a veces tenemos suerte otras quedamos últimos en la fila, a veces somos los grandes celebradores del amor, otras morimos por él, ahí nos sentimos vulnerables, diminutos, frágiles… Sí,