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Si supieras

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Que todos los caminos tienen una señal con tu nombre. Que de todos mis amores eres el temblor del mundo en mis brazos, y que este mundo no me alcanza si te marchas Que de todos mis silencios del que jamás pude salir fue el de tu propio silencio. Que mi soledad tiene una campana colgada esperando que la toques Que hace mucho más frío desde que tus manos no calientan las mías. Que de todos los castigos el que más me duele es el tormento de no pensarte. Que los ángeles no se acercan a mi ventana porque temen que les quite sus alas para alcanzarte. Que el abismo es más profundo desde que no me atrevo a mirarlo por si has caído en él. Que hay una sola palabra que puede salvarme, pero si no la dices tú, nadie más puede decirla.

Buenos días

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Sé que estás ahí, caminando hacia mí, desde algún lugar que jamás advertí. Volando entre las nubes, risa y viento. Escondido en mi corazón. Despierto. Creí estar dormida, pero es cierto Alguien toca mi puerta, entras a mi reino. ¡Buenos días, buenos días, buenos días! Y tus manos juntan mis sueños. Creo que va a estallar mi pecho Hace tanto que mi día está desierto, tanto como tardaron tus pasos para encontrarme  amaneciendo.  La poesía en mi voz:                                         

Sin presente

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Anda tropezando mi país, se ha perdido. La luna nueva en los jardines se ha dormido. Grazna un buitre entre la carroña del pasado, con mentiras y corrupción esconde lo saqueado. Entre tanto, la dignidad recorre el cielo en  pandorga busca el viento de la justicia para que la sostenga, se acerca a la memoria para que la contenga, de una nube pequeñita se aferra y en gotas se descuelga.  Murió la rosa, se hizo gobernante el olvido La música hace tiempo que se ha ido, los símbolos ya no tienen sentido. En este país,  el presente ha sucumbido.

Hagamos un viaje

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Hagamos un viaje, no importa adónde Quiero descubrir que milagros escondes, si contigo el amor es como la primavera  o es  verano trepando por las praderas   Y si fueses otoño llegando estremecido te diría ¡deshójame antes de que me haya ido! Pero si te acercas a mi lecho y sin palabras me abrazas, es porque eres invierno que busca abrigo en mi casa. Hagamos un viaje a cualquier parte del mundo. Si quieres, no salgamos de estas cuatro paredes Necesito saber que palabras entre todas prefieres para nombrarte como te gusta, si de mí te pierdes. Y si de pronto mi noche en tus ojos se hace día, la rosa que era blanca se convierte en rubí, el aire, la lluvia y la tierra me hablan de ti, Te diré, Amor ¡Bienvenido!  ¡Bienvenido a mí! Camino de los Puentes Colgantes. Copina. Córdoba

Cuando ya sea viento

Se paralizará el verano, se quebrará el silencio y las nubes llorarán en versos, pero no serán nuestros Será la noche robándose cada momento y entre tanta ausencia, desearás no estar despierto. No te aferres a mí, no puedes hacerlo. No puedes retenerme, ya soy viento. No maldigas, te he dejado lo único cierto,  mi presencia que te alumbró un tiempo. Una hiedra persistente te trepará por dentro, hasta que su sabor amargo, en crecimiento, tapará todo dolor, hasta tu propio lamento. Pero no estarás perdido, siempre estaré contigo. ¿ No me sientes? ¿Ya lo olvidaste? Me encontrarás en el rescoldo que aún brilla No son cenizas, queda alguna brasa penetrante Esa de las noches de fuego, humeante, amante.  Y si miras al cielo, descubrirás una estrella  titilante. Distinta a las demás, inquieta, aventando las dudas. Seré algo así como un faro en tu mundo, sin sombras.  Faro que no se apagará, recordando mi entrega y la tuya… Y cuando logres ver

Perfume en la rosa de mi silencio

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Al cortar la rosa de mi silencio, una gota de sangre brilló en su dedo Rubí espléndido brillando en mi deseo Me dijo que la beba y lo hice con recelo, como si temiese que esa gota fuese veneno.  Y fui pródiga  en mis delirios Sangre y miel, armonía y vuelo La rosa trocó silencios por lirios El veneno se convirtió  en mi desvelo.  Me encendió su voz de terciopelo, y cada palabra se convirtió en verbo. Allí en donde antes todo era dolor y bronca, reverdeció la rosa conmovida  en su boca.  De aquella herida no quedó ni su silencio. Toda la tristeza ha sido removida Sembrador diligente que con sus besos le devolvió a una flor seca, toda su vida.

Antes del error

No voy a dejar para mañana, no lo haré. Me llevo por el presente, hoy se lo diré Mañana puede ser tarde. No, no callaré. Mañana, mi hombre amado, será viento, palabra o silencio, cielo o infierno. Y así, por miedo, quizás lo perderé. Que suceda lo que deba suceder. Que me quiera si me quiere querer, y si se va a otras tierras, sabré entender. Doblaré mis abrazos, cerraré mis ojos, juntaré las manos y ya no floreceré. LO AMO, en este instante, LO AMO. No está soñando.  Soy yo. Lo llamo. Amanece, no es tarde. Aún no es tarde. O quizás lo es. Pero yo no lo sé ver. Sólo él me lo puede dar a conocer Sus palabras aquietan a los pájaros. No vuelan, están alerta, escuchando Mi alma, alerta también, temblando Todo el campo parece estar esperando. Habla y habla sandeces. Harta, ensordece.. Me arrepiento. No le digo nada. Anochece. Ahora él es ruido, nada más que ruido. Sólo el río se atreve a contradecirlo Agua y llanto. Ha callado el mirlo.