En el país de Alicia Abatilli

No es paranoia,  alcanzo a verlo. Quizás sea el reflejo del olvido s obre el cristal de mi memoria. Pero su presencia es dulce, s in odios, tangible, vivo. La ciudad me recibe imprecisa.  Reviso la calle para ver si me sigue. Y sí, a los manotazos, entre la gente q ue no lo ve, febril, casi suicida. Se niega a decir su nombre. A unque lleva un traje antiguo, n o es el pasado, porque nada sé de él. Polaris. Fotos del mundo Tiene que ver con algún puerto. Con fuego en el que soy volcán. Con un árbol que no ha muerto, s us raíces sedientas son mi red.  Y entre sus ramas, una luna dormida  me espera, con un sueño de río silbándome.

Una mujer que no es amada, tiene la violencia de su piel sin patria. El andar sin rumbo de sus pasos. Pueblo que nadie conoce. Caricias que no marcan camino. Una mujer que no es amada, es una fábula que no deja enseñanza, campo infértil, crisálida no liberada. Suspiros sin dueño, años sin besos,   ruidos llenando una casa deshabitada. amarguedon.blogspot.com.es

Suspiro que no llega a descubrir la sombra de quien sabe que es su dueño pero se aleja. Melancolía y niebla No puede ser de otra manera, las luces  se ocultan entre las piedras, como buscando consuelo para la ausencia. De pronto, me descubro río que hacia ti viaja y son de agua todos mis sueños. Por eso, no te sorprendas si despiertas y descubres  q ue te llevo...  corriente arriba.  http://amarguedon.blogspot.com.es/

No he dormido, por eso todo me parece tarde, hasta para andar descalza por el jardín que baila con el viento que limpia las hojas que mi insomnio dejó. Tarde para permitir que la tierra me entregue su necesidad de lluvia. Tarde para aceptar que los pájaros se bañan en mi fuente y disfrutarlos. Perfumo mis cabellos con jazmín del tiempo quizás así,  algo me parezca  temprano.

Enciendo una rosa este catorce de febrero. Para todos los que no creemos en este día y nos llaman los aguafiestas, los desenamorados. Como si un día solo puede inmovilizar al tiempo. Escaparates llenos de frases cursis, existencia fatua de un amor de góndola. Flores viejas que no se vendieron en carnaval. Heridas que se maquillan por 24 horas. Viento sin rumbo confundido entre besos sin cauce.  La invisibilidad de lo eterno, quemando sobre una arena que no deja huellas de este día, consumido ya. Recojo una rosa que se marchitó antes de tiempo, pero que aprovecho a encenderla  para nosotros, los incrédulos, o los muy crédulos, los que lastimamos nuestros pies desnudos por caminar entre tanta soledad amante…  Todos los días, sin catorce de febrero que nos pongan límite a este escurrir libre de nuestras almas, sintiéndonos largamente acariciados por un sol que habla de un amor de ahora, que no sabe de ayer, de mañana o luego. Amor de fuego, de rosas encendidas, fuer