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Cada tanto...

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Cada tanto, regreso a las viejas pasiones, como la de descifrar paisajes en el cielo, descubrir en el regreso de las golondrinas, (adherida a su vuelo, como barrilete sin hilo) la primavera lila de las glicinas preñadas en racimos de encuentros. Cada tanto, hago acrobacias entre mariposas donantes de alegría, me abrazo con la hierba que crece en la orilla del mañana, visto de tules  verdes mi esperanza apacentada en la vigilia de mil sueños. Cada tanto, me levanto con el pie izquierdo, tan solo para contradecir la suerte, extiendo mis canciones al día y vuelo… Cada tanto, también, despido mi silencio, me acerco al consuelo de un nombre que confunde mis desvelos y saltando el abismo que nos separa, me prendo a la ilusión de septiembre y escucho el  decir del viento, murmurándole un  "te quiero"  al duraznero.

En esta hora

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Todo puede ser en esta hora. Despertar sin máscaras de otros días y descubrirnos en un jardín que hipnotice al tiempo.  Descorrer la indolencia del silencio y dejar que retrocedan los fantasmas que bajan vestidos de invierno. El aire dibuja signos para que nos atrevamos a leerlos. Tienen que ver con proximidad y huellas de pasos que sugieren alianzas. Todo puede ser en esta hora, hasta el olvido. O la búsqueda eterna de la puerta que descubre mil auroras. Inquietud de profecías jugando con las lluvias que destilan porvenires instalados en ese lugar en el que duerme la piedad, guardiana de la furia de los hombres. En esta hora, cierro los ojos y muevo la nada a otro lugar. Es bueno ensayar el renacer en un paraíso   sin posibles desertando a mis pies. Todo puede ser en esta hora, hasta la casualidad topándose con tu desamparo en mi camino y mi piel cubriéndose de mañanas que se sumergen en tu sonrisa.

Gracias a la vida

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Saber que estás allí

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Todo se mueve en tu tiempo. He olvidado el mío. Ya no desaparezco buscando el misterio. Elijo lo conocido, el hábito de caminar descalza por la galería y si mi alegría  se cae y se rompe, saber que estarás ahí para unirla. Las palabras dejaron de mirar lejos. Prefieren tu cercanía.  Veo dormir una paloma. Me conmueve comprobar que también, como ella,  siento la misma paz cuando caen las sombras y me abrazas. No me gusta esta ciudad, pero amo sus esquinas y el silencio que le inventas. Algo de mágico tiene este amor, eso de cubrir lo que antes me dolía con un manto de infinito alivio. Es bueno poder dormirse al fin sin que un nombre me reclame que me asome a su abismo. Es bueno dormirse, sumergirse en el lecho amarillo de los sin pensamientos,  porque sé que allí estás, azul y cristalino, velando mi sueño.

Vos y yo, el Pueblo

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Vos y yo, los que siempre confiamos. Esos que mostramos las manos abiertas y sólo las cerramos cuando la esperanza se marcha.   Vos y yo, los crédulos. Los que comemos migajas pero sembramos el trigo. Los que escondemos el grito de rabia para no ofender a la tierra. Vos y yo, los cansados,  pero en silencio, seguimos. Vos y yo, los que escuchamos al viento trayéndonos un mensaje secreto. Nos dice que aún tenemos tiempo de terminar nuestra canción, la que habla de trabajo y dignidad. Es hora que despertemos y hagamos escuchar nuestra voz. Y así, sin miedos, mientras cantemos, compartamos el pan.   Vos y yo: el Pueblo.

Los poetas

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Una bandada de poetas calla el silencio del tiempo. Sin armas, ruido o pleito. Sin sombras ni muertos. Los poetas, sin saberlo, trabajan por el universo, son aves que enlazan sus vuelos en versos. Defienden la vida frente a los buitres hambrientos, le ponen el pecho a las balas de los rastreros. Hay quienes se quejan de tantos poetas sueltos “cualquiera escribe”, dicen, se defienden de ellos. Pero los poetas no se detienen, se unen y cantan, regalan flores como llaves de esperanza y bajan de su cruz a la verdad olvidada.

Noche abierta

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Todita la noche reposé en tu recuerdo. Logré desconectarme del incontrolable runrún de mi corazón. A la distancia de tu voz, se suma mi necesidad de cercanía. Prefiero no escucharte, por más que todo esté abierto. Hasta la luna. El teléfono apagado, internet naufragio buscado. Y  lejos de todo, sola, sin mundos  paralelos.  El mundo parece leer un diario sin sentido, todo me parece así, aunque  digas que me amas. Tu voz es la distancia misma, no le busques explicación, no intentes darle una musicalidad que no tiene, estás lejos, es lo único cierto y las sombras se abalanzan intentando desmentir mis lágrimas.  No me gusta llorar durante la noche.