En el país de Alicia Abatilli

Puede ser un gesto, una hora, algo simple y nuestro. Una partida o un regreso. Todo es así, la vida, digo, un marcharse y un venir. Fuerza que nos lleva y nos trae sin que sepamos la causa  Olvidaremos lo vivido, el instante agitando  la calma pero esa necesidad tan tuya y tan mía de tenerse sin tenerse, eso no vuela, queda el anhelo y lo inexplicable de sabernos juntos aunque jamás lo estemos.

Se está perdiendo el hábito de "degustar" una lectura, generalmente es porque se la traga sin masticar

Decidiste quedar a oscuras antes de comprobar si todos los fósforos estaban mojados

La noche llegó. Se adueñó la oscuridad, el silencio. Creció la esperanza de dormir de olvidar de despertar sin recuerdos. Sin esta sensación de hastío de vacío. Esperé que sangrara lo cotidiano lo real lo imaginario TODO Esperé que yo sangrara y allí separé lo que me unía a ti.

Cuando anda suelta la nostalgia del primer hogar, escucho a Inda Ledesma , recitando esta poesía de Armando Tejada Gómez (Un grande de los nuestros, de esos que escribían con el alma canciones, por necesidad de escribir, no como los actuales, algunos digo, que escriben por la "necesidad del mercado"). Ojalá les guste, Compañeros de Ruta.

Limonero,  no es cierto, no es invierno. Deja de temblar, que julio sólo es un invento. Cubriré tus ramas para que creas que lo del frío fue una amenaza que hizo el viento. Si nos convencemos que es verano, tu mundo y mi mundo dejarán de presentir al desierto.

Posiblemente conozcas alguien que llene tus días, pero tu vida, jamás.