En el país de Alicia Abatilli

Colibríes danzando entre mis manos. Todo es cuestión de libertad, evitar no invadir su aletear. Detenerme, dejarlos ser. Ser con ellos a la vez.  Si me muevo, invadiré su espacio.    Nunca experimenté esta alegría, así,  quieta, conteniendo el aliento ,  siendo parte de este milagro picoteando mis manos, haciéndome vivir su intimidad,   invitándome a ser una más, hija del aire, porque ellos desean que lo sea y  extienden sus alas enseñándome las mil formas de volar… Imagen tomada de internet

Será despegar de la multitud entre todas las voces,  la tuya. Breve viento que nos acerca, los dos naciendo en el otro, contingentes pero eternos al unirnos.  Será caminar el mundo en dos pasos, dejar de lado todo lo recorrido sin destino,  ese andar sin metas de un corazón sellado Hasta el río se quedará sin aliento cuando surjas de él y  te diga “bienvenido”

Ahora que todos los políticos están durmiendo,   que en la TV no debemos soportar “Cadena Nacional”, que no tienes la obligación de escuchar mentiras, porque es de madrugada y los ladrones mayores, sólo te saquean por la mañana, de diez a catorce… Juguemos a que es carnaval, como antes. Déjame que moje tus ganas de creer, país. Que la Pampa es de trigo y aún te abraza, que los ríos no han sido vendidos y nos alcanzan, que tu norte no muere de hambre y de olvido, que los ranchos ya no son parte del paisaje, que las vacas no son flacas y la soja no avanza, que l as abejas han vuelto a sus colmenas trayendo   consigo la cultura del trabajo.  País inmenso, es tan doloroso tu grito cuando descubres que falta harina para hacer el pan… No lo creen nuestros abuelos, mejor que no lo crean.   Anda un tango dando vuelta, Cambalache no es suficiente, algo que rime con basura podría ser, pero no por vos País, porque no soy la única que te quiere, somos muchos, aunque nos falte el cómo

Téjeme madre un presente que me cuide de mi misma y que te cuide de los que te descuidan Téjeme madre un olvido de palabras Que la gramática se desteja por sí sola. Y si aún te sobra lana, haz un sosiego que me cubra el alma  cuando los demás no entiendan nada. No tejas en penumbras. Tus manos  son candiles iluminando mis sombras.  Tu palabra es anterior a cualquier palabra se teje a la mía como manta abracadabra Téjeme madre  un silencio que  hable de parentescos.  Haz con tu tejido el más cálido de los nidos donde yo podré buscarte cuando te hayas ido.