En el país de Alicia Abatilli

Quiero... Que le encontremos el ombligo a la vida para hacerle cosquillas. Que no existan besos contenidos Que los días no sean una mera sucesión de horas. Que nos podamos ver sin tantos grises, Que en Noviembre  predominen las transparencias, las de todo tipo, las de las miradas, la de los actos, de los sentimientos, la de las palabras y de las caricias. Que cada cual encuentre su cada quien y que este  mes dure todo el año… ¡Que así sea!

¿Cómo explicar un beso?  Es como intentar traducir   el perfume de la lluvia en mis labios   debatiéndose en la tarde de tu piel.  

Vamos a liberar suspiros que se conviertan en mariposas y vuelen lejos. Amémonos como si ésta fuese la última de las noches .  Con cada beso, un girasol se abrirá espléndido. Y serán cientos,  miles, todos perfumaditos de encuentro.  Cada abrazo traspasará el universo y girará buscando otros universos.  Basta de lenguajes extraños, el único claro es el de la caricia sin  tiempos.  Reconozcámonos en nuestras miradas, vestidas de orquídeas color  esperanza.  Desatemos los nudos de la nostalgia. Vayamos en nuestra   alfombra mágica a buscar otras alboradas.   Superemos todas las trampas para los enamorados, que los ángeles   tristes no golpeen nuestra alegría, que todo sea un camino bordeado de  versos.  Vamos a vitorear a los sueños, allí donde la poesía se encuentra con  lo más humano. Si quieres por esta noche, convirtamos este páramo en una bendición  perpetua, para que la traición quede encerrada en otro cielo y no  podamos escuchar sus ruegos…  Coincidamos en el mismo refugio pa

Los últimos años, se acentuó con la segunda elección de Menem y no decayó desde ahí, tengo la impresión que este país es gobernado por gente que no está del todo cuerda (pero luego, caí en la cuenta que no es cordura la palabra exacta, no es falta de razón, sí de consciencia y sentimientos).  Una falta de imaginar el futuro, de predecir lo que ocurrirá con el otro, de identificarse con el otro, y no sólo manipularlo. Ante la urgencia para satisfacer sus deseos, utilizan  herramientas que lo hacen quedar bien con ese otro, pero sin compenetrarse con él. La mayoría son seductores, hablan bien (sin papeles), son bellos e inteligentes.  A primera vista, uno los acepta, hasta que sus acciones, manipulaciones  y mentiras, llegan a hartarnos. Algunos nos damos cuenta antes, otros jamás lograrán hacerlo. Si los miramos bien, vemos que detrás de sus acciones se oculta  una demostración de dominación, de poder, todos intentan ser el jefe de la jauría, cuando encuentran alguna presa que s

Llega el fin de semana Cree que es más de lo mismo. Algo sube o se desploma de igual modo Todo parece vivirlo a corto plazo,  aunque hasta el café le sabe a eternidad El paso sobresaltado de un secreto de viernes,  tiende sus brazos desde la lluvia hasta sus lágrimas, se afana en confundirse con su sal y cuando su dolor toca con sus pies de bruma,  el fondo de silencio y de piedad,                logra zafarse del ahogo,                     reverdece,                     crece en un poema       y vuelve a escribir su historia. -- 

Llegó a mí una ilusión en desgracia quien la hizo nacer la despreciaba. Se quedó en mi mano buscando algo, No supe qué, hasta que descubrí la nada. La nada del alma de donde esa pena escapaba. Sequé sus lágrimas, cerré su dolor instalé en ella  nuevas alas y desperté abrazada a esta ilusión adoptada.

Descalza bajo la lluvia o al sol sus brazos abiertos . Viento que recorre su cuerpo. Se cree joven sin serlo. "Hay quienes hablan de locura" murmuran los gorriones en el techo. Las gordas vecinas tragan su envidia, no soportan que por sus veredas, dance una mujer tan bella sin un gramo de tristeza, inmensamente rica en su enorme pobreza.

Una boca primavera buscando otra boca, una cualquiera. Como toda boca primavera busca otra que la quiera. Pero el viento es tan lejano, no hay boca que escuche su llamado.  Mejor así. Se convertirá en piedra y cuando alguna boca venga la verá como antes era. Escultura de Eva Antonini

Acariciados por dentro. Descubiertos los silencios y las palabras sin máscaras, nos saciamos del encuentro. Las horas amanecen en lluvia, la de nuestro tiempo. Y es la vida la misma de siempre, pero tan distinta que nos desconocemos. Hasta en el beso… 

El cielo se abre en dos cuando amanece. Lejos, muy lejos, cortas ese cielo y lo multiplicas en cien, en miles, en todos los cielos que uno puede pensar. Antes creía que eras el viento, pero no puedes serlo. El viento no sabe de silencio. Y eres puro silencio. A veces,  me parece que el sol se instala en la vereda, como esperándome. Acepto su invitación y golpeo con la luz cada rincón de mi calle. Quizás algún vecino quiera jugar también y dejar que en la mañana, entre la eternidad por sus puertas. Porque este instante de sol para mí sola, es tan bello, que no puedo dejar de compartirlo. Así, sin límites, como este cielo o el tuyo. Que es lo mismo, aunque creas que es distinto.

  B enjamin Shine. Escultura con telas

No tengo almanaques y no entiendo de horas, es como mi entrega. Cielo sin razones.  Pájaros que vienen a mi mano, instantes cantando,  Afuera, primavera que no llega. Nieva en octubre, Creo que no es nieve, es espuma, la del sueño que tuve anoche, ese en el que me hablabas, luego fuiste mar, abrazo, árboles frutales, para terminar en nube. Hasta ahí el sueño. Afuera, la tierra es de hielo. Pero aquí, vida sin consignas, belleza sin ataduras, ama del instinto y de la realidad distinta a las de todos, pero tan mía.

Vendrá el día en que lo escribo hoy, me parezca ajeno, como si lo hubiese escrito otra Alicia. Esa que no se anima a cruzar los espejos. Y no faltará quién, recordándome las palabras de hoy, me reproche la tristeza, la falta de misterios en mis versos. La convicción en la fuerza de las palabras. La búsqueda desesperada de una historia que conforme a todos, o a casi todos. Y no faltara quién me critique que no hablo del amor eterno, del milagro chocando entre las sombras y de mi abundancia de expresiones que se abrazan a la derrota. Y vendrá otra Alicia, una que cante y se anticipe al lamento (lo reduzca antes de su primer latido). Una Alicia que no viva al borde de un abismo. Una  que al silencio lo transforme en cascada desprendiéndose del día y  permita que la música apague todo final y levante en brazos a  la luz, quebrando todos los mensajes que anticipan el llanto. Viento que barra los presentimientos y permita que vuelva a morder cual fruta única,  a la vida. Vendrá otra A

Me piensas buena, dulce, casi santa, No porque yo lo sea, es porque así prefieres imaginarme. Hablas de mi belleza. "Diosa rubia" (creo que lo dices para escuchar mi risa). Pero me piensas así y no sé qué hacer para que cambies de parecer. Porque no soy  ni tan dulce, linda y mucho menos santa. Saber que alguien me piensa como me piensas, hace que intente acercarme un poco  al ideal con el que vives para no olvidarme.

Otoño o primavera, no importa. Las estaciones son dueñas de la música. Entre el despertar de las flores y las hojas cayendo, sinfonía de vida y despedida. Viento y llovizna, sol y niebla. Acordes singulares. Cintura de las horas, juegos de niños, labios y besos. Abejas y calandrias, danzando una sola melodía. Aromas, luz, frutos que maduran, otros que mueren. Días que se alargan y otros se acortan. Tempo.

Casi como la tarde probándose la lluvia,  caminé hasta tu silencio que navegaba en llanto.  Lo habité hasta convertirlo en encuentro.  Y fuimos ríos desembocando en besos.  Era otro tiempo, era otro reino:  El tiempo de tu nombre,                                            el reino del deseo

Gratitud: de poder escribir y saber que Soy escribiendo Es como respirar en palabras. Cuando el sol o las flores mueren, los invento, o los respiro en versos, que es distinto para los demás, pero significa lo mismo para mí.

Primer minuto del día. Titubeo. Quiero escribir algo (como si escribir fuese tan solo un querer). La noche aún cuelga de una esquina de mi cama y me empuja al sueño. No se puede escribir poesía utilizando una sola palabra. Es que tu nombre no rima con nada...

Tierra sin accidentes, mirada que se perdía en lo mismo. Sin sorpresas, sin búsquedas. Indiferente. Entre la nada, algo brilla. Brillo que enceguece. No pude negar el encuentro. Entre las sombras eras muy evidente.

A Nenacho, quien se marchó llevando consigo el barrio. Usaba la remera de Belgrano tanto en invierno como en verano Rastas que lucía orgulloso. Afirmaba que en otra vida había sido un dios azteca. Dominaba tres idiomas. Cada tanto, en sus delirios, los mezclaba. Golpeaba mi puerta porque necesitaba limones, "para cortar el vino" explicaba. Alguna vez me ofrecí lavarle la remera. Dijo que no, que sería como quitarle su historia, si se la sacaba  sentía como si le arrancaban la piel. Tenía muchos agujeros, apenas se veía el celeste entre el que se perdía el grito del vino, o una melodía de los Redonditos , escondida en sus hilachas. Remera que sabía del desprecio, de la manera que tenían los otros al cruzar la vereda cuando él apuntaba a saludarlos. Sabía de días sin techo, de techos sin días. Tropezó con una botella, su nuca golpeó muy fuerte. No volvió a despertar. Hace un tiempo se fue a jugar en primera allá en el cielo. Ahora su remera es nueva y su canc