Aunque no sea conmigo
En el pliegue del alba, en el estribillo de una canción sin letra. En el reloj antiguo que de pronto, sin cuerda, comienza a señalar el tiempo. En todas las brisas, en una queja o un suspiro. En la manera que tienen las huellas de perseguir tus pasos. En la inmolación de la tarde en la espera. Cualquier espera. En una mano que aparece en sueño, pero desaparece con el sol. En una flor que no sabes cómo, florece en el cemento. Y no se marchita. Vivo en cada cosa que tocas, furtiva observadora de tus sonrisas. Cuando un gallo te despierta, aunque no exista tal gallo. Una frenada, un chirriar, algo que indique llegada o camino. Y no aparezco. No me descubres. Estoy presente en todo. En lo que te pertenece, ilusión o no. Algo así como un ángel guardián, pero sin alas. Omnipresente, aunque no lo sepas.