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Mostrando entradas de abril, 2014

Querida amiga

 Puede ser que el aire deshaga este sueño y dejarás de ser flor, o ala de mariposa caída, Serás barrilete jugando con el sol. Como antes, cuando me ayudabas a levantarlo o curabas mi rodilla lastimada por una piedra, Decías que no dolía y te creía. Te creía, siempre te creía. Atravesaste tu hondo pesar y eres el aire mismo Eres más que el aire, lo gobiernas. Nada te ata a esta tierra, sólo una promesa, ambas sabemos de qué se trata. Una tarde cualquiera, regresaremos juntas, sin tiempos inútiles, sin dolor, sin pesadillas  Con la libertad de la inocencia ganada jamás perdida, querida amiga. No estás sola, nunca lo estarás, en cada acto de amor atestiguas tu presencia.

Geografía

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Puedo elegir cualquier punto cardinal,  pero de todos prefiero el norte de tus brazos. Llegar al fin del mundo no me importa s i puedo mirarte y secar mi tristeza  con tus manos. Extenderme sin pensamientos s obre la ladera blanda de tu pecho y  dormirme como duermen los pájaros  cuando terminan su nido y se refugian en él  soñando con polluelos que lo habiten. Contigo puedo visitar cualquier lugar, incluso las sombras. Geografía de mi temblor, cuerpo y melancolía. Tarde dorada extendiéndose en mi vida Distancia entre mi piel y el aire de tu respiración a compasándose con la mía. 

ESTREMECIMIENTO

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El viento se esconde dentro de un campanario,  temeroso de romper la ausencia de palabras.  Quizás si una campana venciera al silencio, encontraría un pretexto para recorrer el espacio  que los aleja. Los musgos lo descubren. Dicen que está allí, pero al verla, no se atreve a salir. Le gustaría que al menos el viento fuese el pretexto de su temblor. Pero no, es la lluvia bajando hasta ella para ahogar un nombre que por oscuro, no se atreve a salir. Sabe que es una simple hoja y que el árbol posiblemente ya la olvidó, pero de alguna manera sueña con subir ese escalón, quizás desde allí pueda  decirle adiós. 

Vestida de madreselvas

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Florece mi piel de madreselvas, sobre ellas, algunas abejas liban a su antojo.  Río y cuando lo hago, una mariposa viene a preguntarme si lo mío es contagioso. Al parecer las mariposas saben de lo breve, o quizás sean las encargadas de la felicidad, por eso su temor, por si acaso en mí,  la felicidad sea algo más que un instante, piensan cómo explicarles a los demás la tristeza, si hay al menos una persona que no lo está. La tranquilizo, dejo que regrese a su vuelo y me quedo pensando si ella es la felicidad que cansada por lo efímero, vino a desmentirlo en mí. En mi pelo crecen seres de un tiempo que nadie conoce, lo trenzan y cantan un mantra que habla de plenitud y de misterios. Así, toda cubierta de felicidad puedo reconocerme como recién nacida. No es fácil descubrirse feliz y mantenerse así. Vestida de madreselvas puedo decir que soy feliz. Sí, en presente.  Los humanos tendemos a visitar la tumba de la felicidad, recordarla luego que se ha ido.  ¿Si tuvieses que dib

Siempre

 Viene la noche con sus pasitos cortos,  intentando desmentir lo que veo. Tus manos encendidas de caricias,  rodean las sombras, juegan con el aire  y llegan hasta mí como estrellas.  Esa manera que tienes de entregarte. De hablar sin palabras, de hacer nacer de la nada,  respuestas que no necesitan  preguntas. Ninguno de los dos sabe del otro demasiado. No nos importa saberlo, no creemos en fronteras  Por eso quizás, por primera vez, iluminan los siempres  en un cielo  del que huye la tristeza.

El viaje que no fue

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Estoy en el aeropuerto. Siento la emoción y la ansiedad de mi primer viaje en avión. Anuncian mi vuelo.Me piden el boleto. No lo encuentro. Recuerdo que lo ví por última vez sobre la mesita de luz de mi habitación. Decido regresar a mi casa a buscarlo. Estoy a más de diez kilómetros de ella. Corro, corro y corro. No hay nadie en la ruta, ni en las calles, ni en las demás casas. Nadie para pedirle que me lleve. Por eso, corro. No paro. Mi corazón late  muy fuerte. Hasta ahí recuerdo. Desperté cansada de tanto correr pero aliviada por no haberme marchado.

Sin épocas

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Ya no se levanta temprano. No tiene apuro para despertar. Bosteza, y su bostezo es el mundo. Desayuna.  Ni en el peor momento ha dejado de comer. Sabe que su fortaleza física depende de ello. Escucha un programa de radio, sé que no está de humor para hablarle. Su radio es pequeñita, tiene un problema que al moverla,  se apaga. Dejo que ella misma vuelva a darle vida. Teje unas gallinitas que son agarraderas.  Le está tejiendo desde hace mucho a un nieto que se casa en septiembre. Ella quiere regalarle lo único  en que puede de alguna manera materializarse, si fuese posible, su inmenso amor, su tejido es expresión de ello. Su mano derecha quedó afectada por el ACV, apenas si puede moverla, pero igual se las arregla para hacerle el pico, luego la cresta y al final la cola de estas gallinitas. Se molesta por su torpeza, por eso prefiere que no le hablen cuando teje. Olvidé ese detalle. En el programa de radio intentaban hacer participar a sus oyentes,  les preguntaban  de to

Semana Santa no es igual a vacaciones o huevos de Pascua

                                                                                           Hubo un tiempo, antes de aprender el Padre Nuestro, antes de entrar a una iglesia, mucho antes de la comunión,   antes del roce con lo ya dado,  aquel tiempo en que todo parecía natural, ahí puedo afirmar que rezaba. La alegría que sentía al hacerlo no volví a experimentar jamás. Me parecía que todo lo que me rodeaba era protagonista de mi rezo, se sumaba a él, se fundía en la verdad. Nunca fui más verdadera. Después vino la catequesis, una mujer que sólo gritaba, no enseñaba. Imponía el rezo mediante el temor. Y temí rezar a solas, se me ocurría que si lo hacía, ella se enteraría. “La Graciela” parecía tener  algún parentesco con esas noches de terror que inventaba mi hermano para asustarnos.  Dejé de quedarme a solas en el campo, se me ocurría que un ciprés era la figura de esta mujer acercándose.  El miedo puede hacer desastres con la fe. Ahora comprendo las palabras de Jesús: "

La gran apuesta

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Lucifer tentó a Dios a jugar al Truco .  Apostaron el mundo. Como Dios  no sabe mentir, el mundo se fue al infierno.

Mi búsqueda

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Resulta fácil soñar con mariposas cuando todo es encierro. Afuera están las rejas. Los que hacen las jaulas aseguran que dentro de ellas se vive mejor, "más seguros". Y muchos acuden, como ovejas, sin resistirse jamás, aceptando el encierro, resignándose a las formas modernas de esclavitud.  He dejado de recibir el periódico. Es un papel vacío, asegura que la belleza ha muerto.  No lo acepto. No soporto la posibilidad de abandonar mí búsqueda. Sin belleza, no hay búsqueda.  No podría reconocerme Me subo  a un árbol. Amanece. Respiro aliviada. Los periódicos venden lo que la gente se acostumbró a leer.  Las malas noticias venden.   Nunca leí que un amanecer como el que viví hoy, fuese noticia de tapa.                          El sol desviste una vez más al milagro.                                                     Todo está en orden.

Jueves, paro nacional

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Vamos por caminos distintos Vemos otra gente, parecida a nosotros. Estamos hechos de la misma materia, nos distingue la sensibilidad y las cruces que llevamos encima. Hay días como hoy que todo parece nuevo, esos días que nos inundan los deseos de compartir, pero estamos solos.  La ciudad está sola: Paro Nacional. Si quisiéramos buscar la nota especial o las asociasiones pertinentes a este paro, hasta los hoteles alojamiento, dice el informativo, han cerrado sus puertas. En la inmensa terminal de la ciudad se escucha algo que jamás creí escuchar… un grillo. Eso me parece mágico. No hay una voz, una frenada, vendedores voceando sus productos, cargadores llevando sus carros. Un policía me observa sorprendido, no entiende cómo puede alguien no saber lo del paro, pretender viajar en un día como hoy. Pero no voy a ningún lugar, sólo vine  a descubrir cómo es un lugar en donde siempre hubo millares de personas, busco la soledad allí en donde todo era bullicio.   La princ

El viaje

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Hace tiempo que ando sin andar. No es necesario iniciar el paso para moverse.  Me gusta viajar creyendo que hallaré el lugar, cualquier lugar, pero mío.  Es bueno aventurarse, arriesgarse, despegar aunque jamás sepamos dónde terminaremos.  Algunos creerán que es arriesgado, eso de marchar sin destino, o resbaladizo, quizás. Me fascinan los paisajes que no conozco, esos a los que el hombre aún no llegó. Llevo las manos vacías pero los ojos bien abiertos, no quiero perderme nada. A veces,  temo caer,  y apenas si respiro. Siento que soy una hoja volando más allá del árbol. Es el aire quien escribe sobre mí lo que quiere. Incluso su ira o su admiración. Suave caligrafía que dibuja con tinta  cristalina lo que escribiré mañana.  No siempre comprendo, al despertar, lo que me dejó escrito, por eso las palabras se desparraman y dejo que se pierdan. Quizás era una verdad tan difícil de aceptar que es mejor así. Del mundo creo que he visitado gran parte, no he tenido problemas d

Amor singular

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Si buscas en mí una mujer como las demás, no me busques. No podrás encontrarme en lo que piensan las mujeres, así en general. Si crees poder leerme igual que has leído a otras, no lo harás. Para ello deberás aprender un nuevo lenguaje, uno que juntos podremos escribir. No pidas que me adapte a tus tiempos y a tu vida, adaptémonos los dos a una nueva vida sin tiempos. Puede ser que creas conocerlo todo, incluso a las mujeres. Descubrirás  que no es así. Falta conocerte, y lo harás mientras intentas decirme quien soy.   Se necesita coraje para amar, expandirse en el otro sin dejar de ser uno mismo. Deberás tener cuidado si nunca has caminado sobre el fuego, convencerte que no te quemarás, aprender a confiar, hay brazas que no dañan, cuanto más camines sobre ellas más te acercarás a mí, más brillará nuestro amor. Sólo puede apagarlo la falta de ese fuego, la rutina que lo enmohece y la traición. Si al amarme deseas quietud, no me ames. Soy toda inquietud, meta

Como el otoño

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Sol por todos lados. La lluvia olvidó su amenaza de otoño. Los árboles parecen sangrar una derrota, pero la savia brota por sus entrañas, cicatriza sus heridas y consuela sus ramas. Del verano quedaron sólo unas buenas metáforas Al igual que de tu recuerdo, brotan metáforas. Pero un nuevo amor las acalla. Como la savia, brota por mis entrañas apagando la apatía, sembrando presente y alejando nostalgias de mis ramas vacías.

Soñadora de abril

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Suspiros corriendo sobre las hojas, la paz cuelga de los pétalos de una rosa y las estrellas besan tus ojos hasta cerrarlos. Siento que todo tiene una razón de ser, hasta la ceniza de unos versos sueltos. Duermes y todo el universo duerme contigo. Sueñas. Despierto para velar tu sueño Te observo y al hacerlo, descubro que la belleza, la ternura y la verdad, nacen en abril, igual que tu sueño.