Buscando el cielo
El reflejo de un árbol seco en el río hizo que despertara mi deseo urgente de ver un campo de girasoles en flor para olvidarme por un rato del Apocalipsis que esta imagen intentaba hacerme presentir. Tal vez el invierno hizo que pensara de esa manera, evitando que pueda ver la belleza que encerraba la dulzura de su tronco danzando con su propia sombra, una forma que encontró de disfrazar su soledad, lo mismo que hacemos los humanos con nuestros recuerdos... El árbol encorvado hacia el río, como último gesto de amor, me trajo el intento que hace nuestro planeta para no caer, “desastre ecológico” lo llaman, malicia e indiferencia total, digo yo. Ese árbol triste y muerto me recordó que ya no escucho los pájaros de ayer, los mismos que en él anidaron alguna vez. Sus ramas ahora convertidas en débiles garras grises semejan los brazos extendidos de los niños y ancianos que mueren de hambre y de enfermedades curables. Quizás este árbol decidió partir antes que comiencen a caer los ángeles p