¿Por qué vivir en pequeño si podemos vivir a lo grande? La idea es crear nuestro propio camino, levantarnos cada mañana con alegría y vivir como queramos. Por eso escribo... Para dar cuenta de ello. Poesías mínimas, pero mías.
Queda cerca del techo, o es el techo mismo. En invierno tiene algo de toro sin su bravura. En primavera de sus ojos salen llamas como si persiguiese a un dios o a un torero. Recién en verano, el toro, se convierte en gato. Gato que ronronea en madrugada, es mi pecho. No. No es el miedo. Es tan solo una mancha, quizás en el techo, pero también, quizás, sea tu recuerdo al acecho.
Si vas a leer poesía no lo hagas como si leyeras un diario, como quien lee un cómic o un página de autoayuda en facebook. No lo hagas al borde de una escalera, ni en el baño, ni después de ver esa serie que todos ven porque está de moda. Si vas a leer poesía es mejor que al principio estés solo, o con alguien muy conocido. Porque si el poeta que elijas sabe hablerte, cantarte, besarte y hacerte llorar como todo buen poeta sabe, seguro que preferirás estar solo para que los demás no te cataloguen de loco cuando te vean dar alaridos, cantar y rugir de dolor cuando el poeta mande.