En el país de Alicia Abatilli

Escribo en el presente aunque sé que me leerán en el futuro.  Prefiero imaginarlo así.  No concibo la poesía en pasado. ¿Cuál es el pasado de la misma? ¿Hoy? Ese escribir por escribir, fingiendo que son versos. ¿Versos? ¿Para quién? La poesía no tiene pasado. Su esencia es el futuro. Letra de  Gabriel Celaya

Muchas veces nos negamos a reconocer el final, prolongamos el sufrimiento por temor a la desolación. Ésta es preferible a que cada día no sea más que un acto de invisibilización.

Encontré esta imagen en la red, no supe quién la obtuvo, pero me gustó, esa manera de animarse de la niña en el agua, sin saber qué la espera en los próximos pasos, aunque la niebla parece ocultar lo que vendrá. Así es este día, parece un día de miércoles, pero uno puede atravesar la niebla  y descubrir el milagro del sol naciente. Les dejo un abrazo.

Si  descubres una rosa   que no se atreve a florecer:

"Amada mia, Querida mia, ¡ay patria mia! De tumbo en tumbo, Se pierde el rumbo De la alegria. ¡vamos arriba, Que no se diga Que estas llorando, Que tus heridas Mal avenidas Se iran curando. Defiende tu derecho a la vida Y juntas seguiremos andando."                                      Y sigue la letra... Nada mejor para cantarle a mi patria, algo así como una  canción de cuna, porque no puede dormir, está inquieta y sufre... Otra vez, otra vez y otra vez, sufre.

Recibe mi saludo invisible. Como el que recibes por donde pasas, de lo que vive y te respeta, que te da una sombra, o un fruto, o un rayo de sol, o un sonido, o una sensación. Y todo gratis. Sin exigir. Sin cobrar. Y que muchas veces no es respetado, por inferior, por inútil, por débil, por complejo de inferioridad de quien no respeta. En todo ello está mi saludo. Tenlo en cuenta... 

 Amarte es sentir que vivo en e l lugar donde las cosas son como deberían ser.  Amarte   es estar en mi mundo, me encuentre donde me encuentre. Amarte es permitirme estar donde yo quiero y ser como yo quiero.

Me cuentas que te duele todo, así como ante todo te hacía cantar, hoy dueles.  No me gusta saberlo. Te estás matando, amiga, a tu esencia. Esa mujer serena, plena, contagiando optimismo, a la que le brotaban margaritas cuando dormía, hoy se revuelca en su tristeza. A veces me parece que hasta te  place hacerlo. Olvidaste el milagro, la luz, esa cercanía con lo no profano, casi santa. Divina. El mundo está cada vez más gris. ¡Le h ace tanta falta tu alegría! Te apagaste por dentro. La música también se ha ido. Estoy cerca. Quizás entre las dos logremos hacer que regreses. Buscaremos algo de lo que puedas aferrarte a la Vida.

Busco una plegaria para ese pájaro muerto  que es la ausencia. En cuanto libero mi llanto, oigo cantar su presencia. No se necesita del otro  cuando uno está lleno de voces  que se convierten en poemas .

un llamado a la tarde una rosa en cualquier fecha ayuda cuando más lo necesitaba un abrazo de tarde en tarde una voz quebrando su silencio una respuesta a sus preguntas un grito cuando no respondía una mano cuando estaba cerca del abismo una canción cuando era toda música un amor que la vista por dentro un beso que la arrope por fuera sueño para su insomnio consuelo para su tristeza.

En épocas de posibilidades breves, comparto esta fotografía que la capté en una parrilla de Entre Ríos, Victoria. Invita a pasar.   Sin ser vegetariana acérrima, debo confesar que no soy de comer asado, pero sé que hay muchos compañeros de ruta que lo saben apreciar. Esta entrada es para ellos. Les dejo un abrazo.

En cada momento hay que elegir y decidir, entre todo, aquello que podemos llegar a atender, aquello que nos produce satisfacción, aquello que nuestra conciencia no puede dejarnos que dejemos de hacer.

No importa si sales sonriente en las fotos. No temas mostrarte feliz. Todo vale. Incluso...   que no sonrías para mí.