En el país de Alicia Abatilli

Pon en una fuente unas cuantas palabras, bátelas hasta que estén a punto de nieve. Fíjate si algún verso ya se asoma   caso contrario,   mezcla y mezcla. Cuida no ponerle tanta fuerza, puede cortarse cuando menos lo esperas. Igual, no importa, a tus comensales les da lo mismo  manteca o crema… No olvides agregarle alguna que otra rima cosa que se la coman sin problemas. Aunque sabido es, algún criticón, siempre en nuestra mesa tenemos de polizón. El horno es algo de cuidado, procura que sea moderado Si se arrebata por mucha pasión, saldrá inflado y si lo pones a fuego mínimo será desabrido Cuando creas que es excelente el resultado   que nadie se atreva a opinar lo contrario, te ha salido perfecto el dorado,  quizás le falte algo de azúcar para mejorarlo y aunque huela a mazacote y  cueste tragarlo no hay quien negarlo podría:                                           tu cocina  se ha llenado                                             

Cuando un suspiro se cuelga del vértice de una estrella siento el límite de mi corazón e imagino que es de agua. Y como en el agua las formas viajan, respiran y sueñan creo que mi cuerpo es desembocadura de lo posible                          o es tibia corriente que se hace aire                          hasta convertirse en lirio que espera                                   un huracán que invada su calma                                     y meza sus pétalos de flor deteniendo al sol.

  Andaba la poesía gritando su rabia. Rabia que no se extinguía ni en el vacío Un soplo agudo y oscuro movió la noche. Ésta se mostraba indolente al tiempo y entre sus sombras, daba caza a mi grito. Recogí del árbol de lo inesperado,       el fruto del milagro, lo  protegí entre mis manos, y sin temerle al destino, dejé que me empuñara otra vez el grito, para que se esparciera entre   mi coraje de gorrión enmudecido y logre escapar de las garras del  cuervo adormecido. El Universo ha quedado en silencio,  lo inevitable no  puede ser doblegado  Nace la palabra y es viento Ahora    todo es luz, es persistencia   y es verbo. Los pajarracos  negros dejaron de vigilar mi vuelo .