A los políticos de turno: Parte I y II
Parte I:
Estamos vivenciando, una vez mas, como se teje la historia del error. Entre tanto, soportamos el ruido ensordecedor de las afiladas lenguas de los candidatos de turno, no importa lo que dicen, importa la exaltación de sus pensamientos aunque éstos aparentan estar vacíos de contenido o se encapsulan bajo la turbia niebla de la hipocresía y la injusticia.
No sé, quizás es algo personal, pero cuando los veo en la T.V. me pregunto dónde quedó escondida la verdad, ¿a qué mausoleo la puedo ir a visitar?
Pretenden pintarrajearnos una Argentina desconocida, es como si sólo ellos tuvieran el poder de colorearla debidamente, presagiando milagros de un país rico, sin desempleo, sin niños y ancianos muriéndose de hambre, mientras tanto la honestidad se acurruca en el sentir de unos pocos.
No se equivoquen, nuestra mirada de ciudadanos no es la débil mirada de los topos, no intenten mancillar nuestro orgullo.
Como seres humanos padecemos los mismos dolores, nos alegramos de los mismos acontecimientos, vivimos iguales peligros, no olviden que la era del servilismo finalizó.
¿Han desarrollado, quizás, insensibilidad al molesto picor de la vergüenza? Sus rencillas y afrentas políticas así me lo demuestran.
No leo en vuestras propuestas la intención de sembrar no sólo para el presente, sino fundamentalmente para las futuras generaciones, “mas de lo mismo” es lo único que el tedio me permite entrever; mientras tanto, la sonrisa blanqueada, del candidato/a, intenta demostrarme lo contrario; por la eternización de su gesto sonriente, pareciese ser una persona incapaz de tristeza.
Recuerden que el poder no se casa con el “para siempre”, la hipocresía es el ataúd que tarde o temprano los contendrá.
No me pidan que vuelva a creer en ustedes, demuéstrenme con actos reales que esto es posible, sin olvidar que el camino a la decepción es de una sola mano.
Parte II
OJALÁ PODAMOS SEGUIR DICIENDO OJALÁ...
En mi experiencia como ciudadana de esta Argentina que intenta ser democrática, jamás he podido distinguir un político que "viva para la política", sino que siempre me he topado con políticos cuyo objetivo final es "vivir de la política", demostrando ausencia total de vocación política…
El domingo 28, con nuestro voto elegiremos al candidato que consideramos digno de nuestra confianza, en su capacidad para llevar por buen camino este noble país… pues, a menos de una semana, esto me parece una ilusión: no encuentro el candidato que me parezca digno de mi voto, tendré que conformarme con elegir aquel que me parece menos peor… !Qué tristeza!, no poder elegir el que a mi juicio es el mejor, mi elección será por descarte, terrible, gris, dubitativa, sin convicción.
No vivencio en las/los candidatos esa necesaria reputación de honor, dignidad, amor que permite la adhesión del pueblo hacia ellos, falta la reputación del ser político, el honor de ejercer la política, la convicción de estar al servicio del pueblo… Sino mas bien parece ser que buscan cómo el pueblo puede servirlos a ellos…
Sé que la igualdad de todos los ciudadanos puede ser vista como una utopía, pero cuán importante sería que alguno de estos "señores" rescatase esta utopía y nos dijera que puede dejar de ser eso, convertir quimeras por sueños realizables, al menos intentarlo es lo que anda escaseando hoy en día…
Me gustaría también como ciudadana ver elevar al político con ideales y principios valederos, que se alejen del acomodo, del soborno, de comprender a la política lejos de la ambición por cubrir un cargo, del regalo partidario, de gallinas, chapas, bebida, ropa y tanto mas…
Que aquel que triunfe el domingo recuerde que ganó, no un botín a repartir entre sus secuaces, sino ganó la responsabilidad enorme de gobernar, que quienes colaboraron para que éste ganara recuerden que deben vigilarlo constantemente, exigirle que cumpla con lo prometido, deben recordar hacer valer su voto, para ello, creo que es imprescindible la educación, no dejarse comprar, que cuando se vende el voto es a cambio del mal posiblemente del país al que pertenecemos.
De allí la necesidad, como ciudadanos, de no permitir el lavado del cerebro colectivo, la no manipulación de los medios y los candidatos de turnos, descubrir que algo es verdadero porque así lo concibe él personalmente y no porque los demás lo consideran (mandan) así. Es decir, pensar dos veces esta elección, no marchar con la corriente por el solo acto de marchar, por no quedar como tonto por ir contra la corriente, aunque ir a favor de la corriente signifique el suicidio en masa…
Ojalá aquel o aquella que triunfe no nos recuerde la teoría del eterno retorno, que no cierre las puertas al futuro, que no haga de su acción un presente inmóvil sin posibilidad de cambios y por ende de esperanzas…
Ojalá que aún podamos seguir soñando con una Argentina mejor.
Haz click en el triángulo de la izquierda si deseas escuchar esta canción
Estamos vivenciando, una vez mas, como se teje la historia del error. Entre tanto, soportamos el ruido ensordecedor de las afiladas lenguas de los candidatos de turno, no importa lo que dicen, importa la exaltación de sus pensamientos aunque éstos aparentan estar vacíos de contenido o se encapsulan bajo la turbia niebla de la hipocresía y la injusticia.
No sé, quizás es algo personal, pero cuando los veo en la T.V. me pregunto dónde quedó escondida la verdad, ¿a qué mausoleo la puedo ir a visitar?
Pretenden pintarrajearnos una Argentina desconocida, es como si sólo ellos tuvieran el poder de colorearla debidamente, presagiando milagros de un país rico, sin desempleo, sin niños y ancianos muriéndose de hambre, mientras tanto la honestidad se acurruca en el sentir de unos pocos.
No se equivoquen, nuestra mirada de ciudadanos no es la débil mirada de los topos, no intenten mancillar nuestro orgullo.
Como seres humanos padecemos los mismos dolores, nos alegramos de los mismos acontecimientos, vivimos iguales peligros, no olviden que la era del servilismo finalizó.
¿Han desarrollado, quizás, insensibilidad al molesto picor de la vergüenza? Sus rencillas y afrentas políticas así me lo demuestran.
No leo en vuestras propuestas la intención de sembrar no sólo para el presente, sino fundamentalmente para las futuras generaciones, “mas de lo mismo” es lo único que el tedio me permite entrever; mientras tanto, la sonrisa blanqueada, del candidato/a, intenta demostrarme lo contrario; por la eternización de su gesto sonriente, pareciese ser una persona incapaz de tristeza.
Recuerden que el poder no se casa con el “para siempre”, la hipocresía es el ataúd que tarde o temprano los contendrá.
No me pidan que vuelva a creer en ustedes, demuéstrenme con actos reales que esto es posible, sin olvidar que el camino a la decepción es de una sola mano.
Parte II
OJALÁ PODAMOS SEGUIR DICIENDO OJALÁ...
En mi experiencia como ciudadana de esta Argentina que intenta ser democrática, jamás he podido distinguir un político que "viva para la política", sino que siempre me he topado con políticos cuyo objetivo final es "vivir de la política", demostrando ausencia total de vocación política…
El domingo 28, con nuestro voto elegiremos al candidato que consideramos digno de nuestra confianza, en su capacidad para llevar por buen camino este noble país… pues, a menos de una semana, esto me parece una ilusión: no encuentro el candidato que me parezca digno de mi voto, tendré que conformarme con elegir aquel que me parece menos peor… !Qué tristeza!, no poder elegir el que a mi juicio es el mejor, mi elección será por descarte, terrible, gris, dubitativa, sin convicción.
No vivencio en las/los candidatos esa necesaria reputación de honor, dignidad, amor que permite la adhesión del pueblo hacia ellos, falta la reputación del ser político, el honor de ejercer la política, la convicción de estar al servicio del pueblo… Sino mas bien parece ser que buscan cómo el pueblo puede servirlos a ellos…
Sé que la igualdad de todos los ciudadanos puede ser vista como una utopía, pero cuán importante sería que alguno de estos "señores" rescatase esta utopía y nos dijera que puede dejar de ser eso, convertir quimeras por sueños realizables, al menos intentarlo es lo que anda escaseando hoy en día…
Me gustaría también como ciudadana ver elevar al político con ideales y principios valederos, que se alejen del acomodo, del soborno, de comprender a la política lejos de la ambición por cubrir un cargo, del regalo partidario, de gallinas, chapas, bebida, ropa y tanto mas…
Que aquel que triunfe el domingo recuerde que ganó, no un botín a repartir entre sus secuaces, sino ganó la responsabilidad enorme de gobernar, que quienes colaboraron para que éste ganara recuerden que deben vigilarlo constantemente, exigirle que cumpla con lo prometido, deben recordar hacer valer su voto, para ello, creo que es imprescindible la educación, no dejarse comprar, que cuando se vende el voto es a cambio del mal posiblemente del país al que pertenecemos.
De allí la necesidad, como ciudadanos, de no permitir el lavado del cerebro colectivo, la no manipulación de los medios y los candidatos de turnos, descubrir que algo es verdadero porque así lo concibe él personalmente y no porque los demás lo consideran (mandan) así. Es decir, pensar dos veces esta elección, no marchar con la corriente por el solo acto de marchar, por no quedar como tonto por ir contra la corriente, aunque ir a favor de la corriente signifique el suicidio en masa…
Ojalá aquel o aquella que triunfe no nos recuerde la teoría del eterno retorno, que no cierre las puertas al futuro, que no haga de su acción un presente inmóvil sin posibilidad de cambios y por ende de esperanzas…
Ojalá que aún podamos seguir soñando con una Argentina mejor.
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Comentarios
No existen personas en el juego de la política a los que uno les pueda dar el rango de estadistas, personas que piensan en el futuro de su sociedad, del futuro de los que vendrán. Solo piensan en los próximos cuatro años y lo que les podrá benficiar más para mantener el poder. Por eso hay que actuar en la medida que nos da nuestra fuerza, nuestra sociedad cercana a la que ayudar de la mejor forma que se nos pueda ocurrir.
Que sea nuestra conciencia la que nos de el escalón superior sobre ellos hasta no necesitarlos. Si se dan cuenta de ello entonces el mundo estará cambiando
¡¡Mucho ánimo!!
María Natalia.
Me gusta tu blog y en el de hoy te doy toda la razón. No hay diferencia entre el político Argentino y el Español o el Gallego.
Ejemplo reciente: El presidente de la Comunidad Autónoma Gallega visitó la semana pasada Argentina y Chile (creo) en una asamblea de gallegos llevados por vaya Vd. a saber que, les prometió que los nietos de gallegos podrían venir a Galicia y tendrian la nacionalidad española.Dijo que la ley estaría aprobada antes de fin de año. Le preguntaron aqui, cuando llego que había de cierto que aquí no sabiamos nada de ese proyecto, desmintión la noticia y dijo que bueno a ver si para cuando acabe la legislatura (marzo del año que viene). Aquí sabemos que eso no se va a aprobar, es más ni se va a plantear. Ya ha rectificado.
Un abrazo y dejalos que se piensen listos. Un beso lleno de rosas.
Aldo Joaquin
Angel Gris
Excelente tu prosa.
Narci