VIVIR...
A veces, por no creer importante nuestra vida la dejamos pasar, como si este pasar fuera vivir, como si este vivir no fuera digno de ser vivido, sin darnos cuenta que es lo único que debemos hacer: VIVIR.
Vivir de forma tal que cualquiera pueda tener ganas de vivir como nosotros. Vivir haciendo que nuestra historia sea una historia digna de ser contada. No hablo de aquellos famosos, de quienes se sabe todo, hasta sus historias mínimas; hablo de nosotros, de vos y de mí, de nuestra esencia como humanos.
Vivir de manera que nos encontremos en la alegría, que no desperdiciemos el tiempo mirando a los costados para ver cómo viven los demás, sino que aprovechemos el camino, el nuestro, el único que nos queda…
Vivir, si quieres, intercambiando vivencias, como una especie de autobiografía compartida, la cual con este intercambio vamos enriqueciendo. Sin competencias, dejando fuera los críticos de siempre, a los que seguro les entregaremos nuestra autobiografía y nos devolverán una cambiada o deformada al menos.
Vivir sabiendo que la felicidad es una búsqueda constante, que por ser tal rara vez la encontramos, cuando la hallamos nos coquetea por un rato, como queriendo que no la olvidemos, como deseando dejar su recuerdo para que sigamos buscándola. Ella se muestra y se va, así es la felicidad y la debemos aceptar, de lo contrario seremos unos inconformistas perpetuos.
Vivir conciliando con nosotros mismos, de modo tal que al llegar al final, podamos decir con dignidad: “estoy en paz, no me he traicionado”…
Vivir… ahora es tu turno para completar el próximo VIVIR…
Vivir de forma tal que cualquiera pueda tener ganas de vivir como nosotros. Vivir haciendo que nuestra historia sea una historia digna de ser contada. No hablo de aquellos famosos, de quienes se sabe todo, hasta sus historias mínimas; hablo de nosotros, de vos y de mí, de nuestra esencia como humanos.
Vivir de manera que nos encontremos en la alegría, que no desperdiciemos el tiempo mirando a los costados para ver cómo viven los demás, sino que aprovechemos el camino, el nuestro, el único que nos queda…
Vivir, si quieres, intercambiando vivencias, como una especie de autobiografía compartida, la cual con este intercambio vamos enriqueciendo. Sin competencias, dejando fuera los críticos de siempre, a los que seguro les entregaremos nuestra autobiografía y nos devolverán una cambiada o deformada al menos.
Vivir sabiendo que la felicidad es una búsqueda constante, que por ser tal rara vez la encontramos, cuando la hallamos nos coquetea por un rato, como queriendo que no la olvidemos, como deseando dejar su recuerdo para que sigamos buscándola. Ella se muestra y se va, así es la felicidad y la debemos aceptar, de lo contrario seremos unos inconformistas perpetuos.
Vivir conciliando con nosotros mismos, de modo tal que al llegar al final, podamos decir con dignidad: “estoy en paz, no me he traicionado”…
Vivir… ahora es tu turno para completar el próximo VIVIR…
Comentarios
Sigo con lo que pides: VIVIR y dejar de sobrevivir presintiendo
VIVIR mirando mas allá de lo nuestro.
Es tremendo el cambio que estás dando. Es un placer leerte.
Te saludo con admiracíon
Seba
Pienso que en la vida no son tan pocos los momentos felices, pero reconocemos la felicidad después, cuando se ha alejado en el tiempo, cuando miramos hacia atrás.
Africa
Carlos Eduardo
Creemos muchas veces que ser el centro del universo humano es la felicidad y eso nos daña, nos duele...
me gusta tu blog.
Siempre que entro a tu blog me voy más lleno de lo que espero, me llevo más de lo que te puedo dejar.
Gracias.
Buena salud a todos.
En el fondo será cuestión de estilo, coraje y sangre fría hacer que traicionar y traicionarese siga valiendo la pena.
Muy bueno el blog.
Tal vez uno de los caminos de la búsqueda ¿de la felicidad? sea encontrar el esquivo equilibrio entre amarnos a nosotros mismos y amar a los demás.
Normalmente inclinamos la balanza algo más de nuestro lado, pero en ocasiones, dejamos caer en ella todo el peso de nuestro egoísmo y cegados por éste, no entendemos nada de lo que pasa a nuestro alrededor y sufrimos.
Dejamos de ver a los demás como tesoros irrepetibles a descubrir y sólo les valoramos en función de lo que alimenten nuestro ego.
Tergiversamos palabras y sentimientos viendo afrentas donde no las hay, fantasías del que no sabe qué es la amistad.
Pretendemos ser la felicidad del otro ahogando su libertad.
Justificamos con palabras tolerables conductas injustificables y así, llamamos dedicación plena al otro, a lo que no es otra cosa que asfixia de su voluntad y frustrada nuestra vanidad aparece el despecho, culpabilizándole de lo que sólo es obra nuestra.
Y somos infelices.
Debo agradecerte Alicia que tus palabras sean con frecuencia para mí, piedra de toque, faro y puerto.
Un beso.
Alba
Un abrazo a todos y a cada uno. Un abrazo a los que me visitan y no dejan comentarios pero sé que están también...
Alicia.
despreciando, cuando se encuentra con problemas y es molesto, al que ha vivido a nuestro lado dandonos mucho amor.Debemos vivir buscando la felicidad y aceptar, aunque nuestro ego no quiera permitírnoslo, que los demas pueden ser felices sin nosotros, a pesar de habernos querido mucho.
Clara
necesito q pases por mi blog,tienes q llevarte algo junto con mi cariño de siempre,Hazlo pronto.El post es de hoy