Aprendiendo a volar.
Dicen que hay un país en el que los sueños salen a jugar todas las mañanas; en el que el mar se disfraza de firmamento y las aves llevan en su plumaje el destello de las luciérnagas.
Allí no hay autoridades legítimas, ilegítimas o de las otras.
Simplemente existe una constitución con normas que son aprobadas día a día por sus habitantes- especialmente- en el desayuno.
Me contaron que a esa hora de la mañana cada familia se reúne en torno a la mesa.
El jefe del hogar(por llamarlo de alguna manera) lee el orden del día, escucha las inquietudes de sus familiares y después todos elaboran un código común de sonrisas.
Luego, entre rebanadas de pan, aromas de chocolate y dulzura de naranjas, se despiden para encontrarse en la calle con sus semejantes. Hace poco los encargados de ese "desgobierno" colectivo decidieron aprobar una nueva forma de educación.
En primer lugar recomendaron prohibirles los libros a los niños; sabio consejo de un poeta colombiano, Darío Jaramillo, quien dice que en esa prohibición está- precisamente- el encanto, rebeldía y curiosidad que terminan por despertar el amor hacia la lectura.
Lo demás: juegos de video, televisión, etc quedaban absolutamente permitidos.
Finalmente, en segundo lugar, llegaron a un acuerdo: la única manera posible para que los niños de ese país sean ciudadanos de bien es que "aprendan a volar".
Cuando alguno de ustedes llegue a esa patria hermosa notará que los colegios han sido reemplazados por praderas ilimitadas; también verá que en la orilla de los ríos y en las playas los niños y las niñas corren batiendo sus brazos.
Entonces sabrán que en ese territorio el diccionario se compone de una sola palabra: Libertad. De ella se desprenden las demás estructuras gramaticales y, en general, las letras del abecedario.
Ayer por la tarde me llegó un mensaje con carácter urgente. Al abrirlo descubrí lo siguiente: "Estimado Carlos: Conocedores de sus sanas y sinceras inquietudes acerca de este país, le hacemos llegar la imagen de uno de nuestros alumnos más aventajados. Como usted podrá darse cuenta se trata de un soñador de aquellos que seguirán adelante multiplicando inocencia y dulzura en los corazones. Esperamos que esta fotografía circule por el mundo entero; realmente queremos compartir el milagro de la vida en su máximo esplendor. Muchas gracias. Confiamos en que la vela que surca esas aguas transparentes y el fantástico vuelo del niño sean la luz que en adelante renueve la fe en un mundo posible en el que quepamos todos".
Con profundo afecto:
Ciudadanas y ciudadanos, desde "El país de Alicia".
La fotografía la tomé el domingo pasado, el niño imitando el vuelo me atrapó. Debo agradecer a Carlos Eduardo Rojas Arciniegas haber logrado describirla a la perfección. Toda palabra sobra, excepto un ¡GRACIAS, CARLOS!
Comentarios
excelente foto, los niños siempre hacen magia...
besos alicia
Este país de Alicia sí que es una invitación al vuelo como decía esa vieja canción no recuerdo de quien.
Carlos Eduardo
Saludos desde México.
En algunas miradas de adultos,no todos pero muchos,en tu mirada,en en la mia.
Alicia,si estoy bien,un poco escurridiza,buscando ...antes del finde te mando un mail y te comento.
Me haces bien.Beso
besos
Gracias a todos por tan bellos comentarios.
Alicia