Aroma de estrellas
De niña, la estación más esperada era el verano, porque se me permitía dormir a la intemperie y así sentirme única al cubrirme con una manta magnífica de estrellas. Creía que ellas salían necesariamente para mí.
Que la Cruz del Sur me indicaba el lugar exacto en el que la certeza se juntaba con el misterio para componer la más bella de las canciones de cuna, de esas que uno no olvida jamás porque es la música del universo buscando la forma de hacer dormir a las estrellas fugaces.
Que la Cruz del Sur me indicaba el lugar exacto en el que la certeza se juntaba con el misterio para componer la más bella de las canciones de cuna, de esas que uno no olvida jamás porque es la música del universo buscando la forma de hacer dormir a las estrellas fugaces.
Presentía que las constelaciones eran reflejos de cosas inmensas, no sabía bien qué cosas, pero estaba convencida que había algo más allá que proyectaba esos reflejos.
Raro, porque hasta podía decir a qué olía cada constelación, quizás sus formas me llevaban a ello. La mayoría olía a melón. Las más pequeñas a duraznos y esas que no podía distinguir bien a generosos racimos de uva madura.
Hoy no me resulta extraño que huelan a mis frutas preferidas, sí me sorprende esa confusión entre aromas y formas. En ese tiempo en que no buscaba la explicación a todo, me parecía maravilloso.
Hoy no me resulta extraño que huelan a mis frutas preferidas, sí me sorprende esa confusión entre aromas y formas. En ese tiempo en que no buscaba la explicación a todo, me parecía maravilloso.
Una prueba más de que el cielo se preparaba sólo para mí.
Cuando leí a Platón, recordé lo de mis reflejos...
Cuando leí a Platón, recordé lo de mis reflejos...
Descubrí que nunca fui más filósofa que en mi niñez.
Lástima no lo supe en ese entonces, quizás me hubiera escapado en invierno para indagar otras formas como por ejemplo las que huelen a pera, ciruela o ananá…
Comentarios
yo sigo hablando con esas estrellas, que cuantos recuerdos tendran guardados de mi y de tantos otros.
te abrazo muy fuerte.
Un abrazo y un saludo desde México.
te quiero Alicia...
adoro tu país de esperanzas e ilusiones...
Rox