Descubrir la belleza, esa es la respuesta.

Un adolescente me preguntó ayer si el poeta nace o se hace y si existe alguna técnica para escribir bien.

Por eso este post, relatando mi respuesta.

"No sé si el poeta nace o se hace, no pretendo discutir sobre ese punto porque considero que cualquier opinión que abogue por una de las dos opciones, es prejuiciosa. Creo que ambas intervienen, la sensibilidad innata más lo adquirido permiten, una mañana cualquiera despertarnos y sentirnos poetas. Así, sin tantas pretensiones ni artilugios, damos rienda suelta a esa comezón maravillosa, vestida de grito, llanto, soneto, prosa,o poesía. De no hacerlo, el duende interno nos reclamará siempre que pueda el haberlo enmudecido...

Siguiendo con tu pregunta, una de las técnicas para ayudarnos a escribir poesía, podría ser la de convertirnos desde muy pequeños en fotógrafos, para comprender que la belleza está manifestándose siempre, lo que debemos lograr es aprender a descubrirla, aprender a mirarla, pero mirarla de verdad, desnudarla, sacarle el ropaje de lo superficial para penetrarla en su magnificencia.

Me gusta hablar desde la experiencia, por eso te cuento que descubrí mi pasión por la fotografía hace poco, dos años apenas. Me digo que es una lástima no haberlo hecho antes. Si hubiera tenido una cámara desde muy niña hubiera adquirido el hábito de capturar el esplendor de las pequeñas cosas.
No hubiera pasado por alto esos atardeceres increíbles de mi infancia en Entre Ríos. O la revelación de la naturaleza en tantos nacimientos que pude compartir, demostrando el milagro de la vida, el triunfo de ésta a pesar de la noche más negra que puedas imaginar.
El reflejo del río en la mirada satisfecha de mi hermano al haber logrado capturar el pez que había soñado la noche anterior.O la expresión de milagrosa espera que se colgaba en nuestros rostros de niños en vísperas de los Reyes Magos. O la poesía pintada en una nube gris que jugaba a las escondidas con otra rojiza, protegidas ambas por el sol.

Es una forma de ver el mundo de otra forma, de andar alerta en todo momento, de sentir la emoción por haber llegado en el instante justo, de habernos encontrado con la luz apropiada y la expectativa a flor de piel de que quizás esa fotografía sea una de las que dejaremos para admirar después, en tiempos de sombras.

Esa habilidad de ganarle al tiempo porque logramos quedarnos con la esencia de cada momento es lo que debemos contar después, expresarlo en una poesía. Verás qué fácil resulta convertirse en poeta cuando logras sobrepasar la nostalgia del recuerdo, compararlo con el presente y volcarlo en esa poesía que hace tiempo andabas buscando.

Sí, creo que una buena manera de ayudar a nuestro poeta, es permitirle hacer un culto de la belleza. Hablo de la belleza en todas sus dimensiones, pero me detengo en la belleza simple, breve, libre, diminuta e imprescindible para sentirse parte del todo, del gozo pleno y del estremecimiento que implica todo acto de creación convertido en poesía, esa que nos permite descubrirnos reinventando el universo."

El joven me miró pensativo. Me dijo que entendía pero que necesitaba un ejemplo concreto, por eso me animé a mostrarle algo de lo mío. Un ejemplo gorrión de lo que él seguramente logrará superar con el tiempo: