La niebla y yo...
Si de todos los fenómenos meteorológicos debiera elegir el que me fascina más sería la niebla, no por la niebla en sí, sino por lo que produce en mí. Eso de andar a los manotazos en la calle confundiendo personas con árboles no es gracioso.
Ayer nomás creía que era una bicicleta lo que me pasó rozando pero el repicar de unos cascos de caballo me sacaron de la confusión, era un carrito de los cartoneros que enojados porque no veían nada, se entretenían en asustar a las personas distraídas. No soy de insultar pero esta vez me salió pronto el “que te re…” por supuesto tarde, la niebla se tragó mi enojo.
Por suerte tengo esas ocurrencias que me hacen más fácil recorrer la ciudad con niebla, al menos no les veo las caras tristes a los demás y hasta puedo reír sin que nadie me mire dudando de mi cordura.
Se me ocurre que es un momento propicio para experimentar la mejor de las aventuras, de esas que uno no se anima a vivir en tiempos sin niebla, como por ejemplo sacarle el diario al tipo que está parado siempre en la misma esquina y cada vez que paso me dice algo entre dientes que jamás pude descifrar. No me va a perseguir porque a los cinco metros me perdería o de última me escondo en la entrada de una casa y le hago "pito catalán", como me eneñaba mi abuelo pero por más que practiqué jamás me salió tan espontáneo como a él, aunque con la niebla el tipo no se daría cuenta de eso...
Justo la más valiente... ¡Qué agudezas las mías…!
La niebla me hace así, me llena de coraje, se me ocurre que soy la protagonista de esas historias de suspenso en las que siempre salgo airosa al final, falta la música y ya estoy en la peli…
Lástima, ya estoy llegando al trabajo, me parece que es el edificio, como no veo la fuente que está enfrente me preocupo, al menos tendría que escuchar el agua que corre allí, pero no…
Le pregunto a una persona que pasa cerca en qué calle estamos, me dice que no sabe, que anda buscando una esquina donde haya un policía para hacerle la misma pregunta. Me parece buena estrategia y sigo camino con él…
Mala decisión.
Recorrimos unos doscientos metros hasta que al fin descubro su bastón… ¡Era ciego! Realmente estaba perdido, tan perdido como yo…
Comentarios
besos
te beso y te beso
santi
Un saludo!!
Si la caminta hubiera seguido aquel ciego no lo sería y seguirías convecnida de la buena decisión.
Entonces,¿donde esta el valor absoluto de la pérdida?. ¿acaso siempre vamos perdidos? ¿Acaso no hay pérdida, sino un camino prefijado por agentes que se nos escapan?
Olvidemos las perdidas y perdiciones. Solo hay encuentros, a veces buenos, a veces mejores.
Un beso encontradizo.
Blas
Todo lo mejor para ti.
A mí me fascina la niebla, me ayuda a inventarme el mundo a mi antojo.
Besos Mauro.
Saludos desde México.
Hermosisimo lo que escribiste, prometo volver bastante seguido, y si me dejas, voy a poner un enlace en mi blog.
Te mando un abrazo muy fuerte.
Alejandro (trovador)
Esta entrada muy buena.
Volveré.
Un beso y pasa por mi blog a buscar lo q es tuyo.
Oye me encantó tu visita y comentario, me han permitido conocerte y poder leer este blog tan mágico que tienes.
Seguiré por aquí cerca.
Un abrazo.
Tu capacidad para adentrarte en tu propia alma y en la de los demás aumenta cada día, Alicia, te felicito.
Narci