Rosa en vuelo

Todavía queda parte de la vieja biblioteca con la que aceleré los días de lluvia y las noches sin luciérnagas en el campo: algunos capítulos de los libros de Salgari, Sábato o Cortázar ( de su Rayuela quedó apenas las tres hojas finales).
Pedro Páramo está casi completo, aparentemente no fue de fácil digestión para los ratones.
El "Pequeño Larousse Ilustrado" aún conserva su estructura en general, algunas letras faltan pero no son tantas.
Tropecé con dos cuadernos de la escuela primaria, uno me pertenecía. Era de “Lengua”, un diario de mis primeros intentos como escritora.
Me sorprendió lo que encontré en él, algo así como un tesoro presentido, me descubrí en esas hojas amarillas-tiempo mucho mejor de lo que hoy puedo hacerlo, la lozanía en cada palabra, la ternura y la inocencia…
Era una imagen perfecta de mi pubertad:
La cocina a leña.
El temor a crecer intuyendo quizás el dolor que llegaría luego.
Los primeros indicios de mujer y mis mil maneras de esconderlos.
El sufrimiento de los demás cubriendo mis preocupaciones.
La partida de mis hermanos, la lectura del desconsuelo de mis padres, las visitas esperadas que no llegaban y mi propia huida para no seguir postergando lo inevitable.

Un dibujito perdido en el costado derecho del cuaderno me reveló mi primer amor, el único que jamás me abrumó.
Ese trazo de niño me regalaba una rosa en vuelo, la cual milagrosamente se mantenía intacta, las gotas de rocío permanecían en ella, como esperando que la venga a rescatar con mi recuerdo...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
y mutuamente con palabras nos rescatamos día a día unos a otros aquí, ¿verdad?

un beso
Yeli ha dicho que…
La capacidad de guardar casi intactos recuerdos hermosos de nuestro recorrido por la vida es un tesoro de valor incalculable.
Un abrazo
Yeli
Caselo ha dicho que…
Pero qué tesoro más grande has encontrado amiga. Casi puedo leer en ese diario cada una de las frases que, con el paso del tiempo, se convirtieron en una danza de los sueños. Me alegra muchísimo que escudriñes en tu interior los surcos de tu memoria, cada uno de ellos arado con la pluma de tu alma. Un enorme abrazo y un beso, mi querida amiga,

Carlos Eduardo
dispersa ha dicho que…
q lindo q conservas en librs,cuadernos ,mejor dicho en tu memoria.


un beso
tian ha dicho que…
no te conozco ni mucho menos se kien sos, pero x pura casualidad llegue ak y gracias a mi enorme curiosidad, m puse a leer alguno d tus textos, y la verdad, q son muy interesantes, admas d entretenido.. en la mayoria d las cosas coincido.

sin mucho mas q dcir, m voy llendo..

buena suerte
salud equitativa ha dicho que…
querida ALICIA, vamos, venimos, a veces ya idos, regresamos... a veces lo hacemos sin irnos... las ausencias son parte de lo vivido... a veces son rosas, a veces olvidos, a veces sentimientos encontrados, a veces otros perdidos, pero siempre se está al lado de lo querido, aún cuando la distancia se imponga, entre lo cercano y lo sentido. Lo que escribes es parte de los sentimientos de muchos desconocidos... seguidores que están latentes, en medio de los escritos... acompañando lo pensado, sustentando lo que has dicho, porque en ello se reflejan... los espejos en los que nadie se ha visto. Un abrazo andino. Víctor
Narci M. Ventanas ha dicho que…
Qué preciosos recuerdos esconden estos libros y cuadernos olvidados en el desván, preciosos incluso cuando en su momento nos quitaron el sueño, o el apetito, o aparentemente, incluso las ganas de vivir.... pero que tiernos nos parecen desde la distancia ¿verdad?

Besos
ANTONIO CAMPILLO ha dicho que…
Los recuerdos tan vívidos son reales. Existen en nosotros. Deseamos con tanta fuerza encontrarnos en el momento en el que aquel amor perdido, aquella escena de juego, volviese a ser idéntica a como se produjo que volvemos y volvemos en un interminable viaje que nos provoca un espasmo, un calambre, un erizón de la piel que se traslada como una ola de calor por toda nuestra piel.

Un inmenso abrazo, querida Alicia.

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