Más allá...



"Rosa de Luz III".

Enero-2009

Comentarios

Luis Madrigal Tascón ha dicho que…
Entre esos muros, hoy estoy ausente
de los sueños que guardas, tras la hora.]
Tú, siempres estás en mí, y estás ahora]
y en mi piel estarás siempre presente.]

Mas, si ahora mismo quieres que, en mi mente,]
esa rosa, que su fragancia aflora
de tu piel abrasada, abrasadora
se adhiera ya a mi piel, de un modo ardiente,]

dímelo ya... De todos, ningún sueño
será imborrable nunca, y nueva vida
nacerá para ti... Será un ensueño.

De mis labios sedientos, la bebida
se hará fuente en tus labios. Y otro dueño]
no tendrás nunca más... Cerró la herida.

Alphonso CARBAJAL
Caselo ha dicho que…
Rosa de luz Alicia, interminable, sin cuentas regresivas. Bienvenida en este 2009, bienvenida siempre tu amistad.

Un fuerte abrazo de oso y un besito de mago

Carlos Eduardo
Unknown ha dicho que…
Hoy, en la epidermis de mi cuerpo que te reclama, necesito tu presencia para sentirme vivo, para que se desdibujen los fantasmas que me acosan a diario.
rober
Unknown ha dicho que…
Hoy, en la epidermis de mi cuerpo que te reclama, necesito tu presencia para sentirme vivo, para que se desdibujen los fantasmas que me acosan a diario.
rober
Blas de Lezo ha dicho que…
Recién he bajado del exprso nocturno porcedente de Nunca Jamás he encontrado este poema que llevaba tu dirección,


He venido para ver semblantes
amables como viejas escobas,
he venido pasra ver las sombras
que desde lejos me sonríen.

He venido para ver los muros
en el suelo o en pie indistintamente,
he venido para ver las cosas,
las cosas soñolientas por aquí

He venido para ver los mares
dormidos en cestillo italiano,
he venido para ver las puertas,
el trabajo, los tejados, las virtudes
de color amarillo ya caduco.

He venido para ver la muerte
y su graciosa red de mariposas,
he venido para esperarte
con los brazos un tanto en el aire,
he venido no sé por qué;
un día abrí los ojos: he venido.

Por ello quiero saludar sin insistencia
a tantas cosas más que amables:
los amigos de color celeste,
los días de color variable,
la libertad del color de mis ojos;

Los niñitos de seda tan clara,
los entierros aburridos como piedras,
la seguridad, ese insecto
que anida en los volantes de la luz.

Adios dulces amantes invisibles,
siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.

Firma Luis Cernuda el manuscrito
para ti.

Blas
Pedro Estudillo ha dicho que…
Más allá de la distancia que nos separa, yo te siento tan cerca....

Espero poder seguir contando este año con tu infinita inspiración.
Un beso y FELIZ AÑO NUEVO.
Anónimo ha dicho que…
Ali, amiga, qué hermoso lo que decís.
Tenés esa cualidad que cada uno toma tus palabras como si nos escribieras para nosotros.
Leo muchos blogs, no encuentro esta cualidad en ellos, por eso regreso una y otra vez al tuyo.
Feliz Año, Ali. Mereces todo lo bueno de esta vida
Carmen
Cecy ha dicho que…
Mi querida poeta hermosa.
Alicia deseo para ti que este año traiga Paz y esperanza y sobre todo mucho amor.

Besos
Walter Portilla ha dicho que…
Triste reclamo, querida Alicia. Corto y directo. Firme y sereno. Hermosa melodía que acompaña tu pedido y que inicia este nuevo año en nuestros blogs, siempre con sorpresas agradables y mensajes tiernos. Mi abrazo fuerte, siempre de lejos, pero siempre largo, siempre sincero.
el piano huérfano ha dicho que…
Rosa de Luz con esa música con sus letras me has hecho temblar, sabes, me has dado la ilusion que puede que de verdad la Rosa llegar a su lugar, a su hogar como cada Rosa

un abrazo fuerte
gracias por tus comentarios y los ánimos que me das entre lineas abiertas
Luis Madrigal Tascón ha dicho que…
ERA EN FEBRERO...


DOS GOTAS DE ROCÍO EN PLENILUNIO

No las pude beber. No fue en mis labios
en los que, de los tuyos, se cayeron;
las gotas, no eran mías, ni lo fueron…
Tan sólo fueron míos los agravios.

Yo solo busqué… Entre astrolabios
de la celeste esfera… Ellos tejieron
delirios y suspiros. No movieron
en mi mente y mi pecho desagravios.

Por eso no dejaron de ser tuyos,
ni florecer más rojos en tu boca,
de esas rosas tan rojas, sus capullos.

Más bien, en toda hora, fueron suyos,
hasta que, al fin, del mar junto a una roca,
la arena puso fin a mis murmullos.

Mas, eso no calmó mi vida loca.



Luis Madrigal

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