El puchero del lunes.

Nada me recuerda más a mi abuela que su puchero del lunes (tradición que seguimos con mi madre, y ahora la hago propia).
Si nos veía tristes, nos decía "¿Querés que te haga un puchero?, vas a ver que todo cambia". No sé, pero era así.
De alguna manera, con su puchero, nos levantaba en un segundo. Era su abrazo, su manera de afirmar cuánto nos amaba.
Esa nostalgia se renueva en casa, lunes a lunes. No importa si es verano, enero. No importa: el lunes puchero.
De lo contrario algo nos falta, el abrazo de abuela. Imprescindible para vivir, como el aire, como la alegría y la esperanza.
Todo está listo, la verdura en espera, los dejo con este abrazo. Si cierran los ojos, fuerte muy fuerte, estoy segura que podrán percibir este aroma irresistible, que les marca un camino, el de levantarles él ánimo y hacerles saber que no están solos.
Nadie está solo con estos recuerdos que colman nuestros días, con esta magia de hacer el intento de revivirlos lunes a lunes.
Se hace tarde, yo escribiendo y las verduras allí, en su cesta.
Hasta pronto...
                             

Comentarios

Alicia Abatilli ha dicho que…
Para Sara y para aquel que necesite un abrazo.
Gracias por permitirme dárselo.
Gracias por tanto.
Hasta cada momento.
Rafael ha dicho que…
Entonces, quizás todos necesitamos ese "puchero".
Un abrazo en la tarde.
Sara O. Durán ha dicho que…
¡Gracias! de verdad. Creo que nada podrá derribar a quien disfrute de un puchero exquisito los lunes. Lo adopto a partir de hoy.
Estamos.
Besos.
Armando ha dicho que…
El olor a ese puchero me está abriendo el apetito.
¿Puedo repetir? Está muy sabroso!!
Un abrazo.
Qué bella nostalgia la del puchero, que queda como una tradición en tu familia. Grato leer un texto que entraña el adentro familiar...UN abrazo. Carlos
Marisa ha dicho que…
Siempre hay un gesto
de nuestra abuela que nos
hace añorarla.
Hasta aquí me ha llegado el aroma
del legado de la tuya.

Mil besos
Man ha dicho que…
Yo recibo mi ración de ese sabroso puchero y reclamo el ofrecido abrazo.
De las dos cosas ando escaso
ANTONIO CAMPILLO ha dicho que…
Muchas gracias, Alicia, por el abrazo. Muchas gracias por una ración de ese puchero. Su exquisito aroma activa la formación de saliva que ayudará a paladearlo con delectación. Este puchero no nos recuerda cuando lo comías cuando tu abuela lo hacía, pervive en el tiempo más allá de los inicios de la costumbre determinada de comerlo un día señalado de la semana. Es la continuidad espacio/temporal de una realidad vivida que, al volver a repetirse nos eleva a la categoría de sensibles personas que creen en la realidad actual.

Un inmenso abrazo, querida Alicia.
Fina Tizón ha dicho que…
Me encantan los cocidos, la cocina tradicional, en general. A mi me sucede lo mismo con el caldo gallego; mi abuela lo hacia, mi madre lo hacia y ahora lo hago yo, y cuando lo cocino es un placer para los sentidos y... para el estómago, sobre todo.
Un abrazo, Alicia

















josé lopez romero ha dicho que…
Es domingo y encuentro este hermoso texto lleno de interiores humanos, cosas que suelen darnos un soplo de luna. Gracias.

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