¿Muerto el amor se acabó el recuerdo?

¿Muerto el amor se acabó el recuerdo?
No sé, puede ser.
O tal vez,  no muere. Le enseñamos que no ladre, ni rasguñe la puerta, ni orine sobre un aniversario importante.
Dejamos que el recuerdo no duela, ni se rasque las pulgas, ni venga a suplicarnos que juguemos con él.
Solito, aprende a quedarse quieto, a hacerse el muerto, a no mover la cola si andamos cerca.
Por eso, nuestra sorpresa, cuando un día, sin saber cómo, nos muerde el alma y descubrimos que ese amor muerto, sin recuerdos, no estaba tan muerto, temía que lo echáramos a la calle, sabemos lo que ocurre cuando un perro (digo... el amor) no tiene  dueño.

Comentarios

Rafael ha dicho que…
Me hizo sonreír tu escrito.
Un abrazo y gracias.
Sara O. Durán ha dicho que…
Incongruentes letras que no corresponden a tu manera pensar.
Besos.

Entradas populares de este blog

Pájaros

Tu voz y mis hortensias

Mandato de hada