Niña "rara"

De niña, me aburría cuando venían a jugar conmigo las otras niñas.
No me gustaba jugar a las muñecas o las casitas.
Vestirlas, peinarlas, ponerles moños, hacer de mamá.
Al rato, se iban o yo me iba.
Ellas decían que se aburrían conmigo, yo me dormía.
Después, aprendí a soportarlas, por necesidad, creo.
Y comencé a inventar historias de aparecidos.
Venían todos los días, pero se marchaban espantadas, dejándome con la rabia de mis historias a mitad de ser contadas.
Las madres no las dejaron ir más a casa.
Decían que a la noche no dormían por mi causa, que recordaban lo que les contaba.
Descubrí que los mandatos sociales no eran obligatorios, que podía no jugar a la muñeca y no por eso ser una niña rara, como los otros, me llamaban.
Hoy, aquellas niñas que me visitaban,  están todas casadas, ya no juegan a las muñecas, las sufren. Encontraron a un príncipe que actualmente es un gran sapo y no hay beso que lo vuelva a convertir en príncipe.
Me visitan con frecuencia. Ahora, son ellas las que me cuentan historias espantosas, pero no son inventadas, son lo que viven en sus casas.
Por las noches duermo tranquila. No hay historias que robe mis sueños.
Ya se las había contado todas antes, sucedió que ellas huyeron, antes de escuchar el final de mis historias.
Era muy parecido a su presente, pero yo hablaba de aparecidos y luces malas...

Comentarios

Alfred ha dicho que…
Todo lo que se perdieron de aprender a tiempo, por no querer jugar contigo.
Bss.
Amapola Azzul ha dicho que…
Bueno. Es importante que duermas tranquila.
Un abrazo.
carmen bronse ha dicho que…
Te comprendo perfectamente. Yo también fuí así. Nunca conté historias de aparecidos, pero me dediqué a la lectura porque no encontraba nada en los juegos con las otras niñas. Sigo siendo igual. Prefiero estar conmigo misma y vivir a mi manera. No me entiendo mucho con el modelo esquematizado de la sociedad. No estoy sola, pero soy muy selectiva. Un abrazo de luz, amor y paz. Namastê.
Mari-Pi-R ha dicho que…
No por ser distinta es uno raro, tan solo que uno no comparte las mismas cosas en cada momento.
Creo que se perdieron las buenas historias.
Te deseo unas felices fiestas con los tuyos y con buenas historias.
Besos
Lola ha dicho que…
Verdaderamente ellas se lo perdieron…
Si se hubiesen quedado seguro que muchas ahora agradecerían tus historias porque quizás no se hubiesen casado, el final lo hubiesen puesto ellas, y eso las habría ayudado a no caer en la tontería de un casamiento inadecuado solo por tener… marido.
Muy acertada tu entrada, más de una se verá reflejada en tu historia. Encantada de visitarte ¡¡¡FELICES FIESTAS!!! Un abrazo.
Sara O. Durán ha dicho que…
Nosotros en casa los hermanos y primos, contábamos historias de aparecidos en las noches de invierno, debajo de una cobija, con una lámpara de mano, aluzando al narrador en turno para que se viera más tenebroso, en la madrugada todos íbamos a dar a la cama de mis papás, aterrorizados.
Yo no jugaba a esas cosas de niñas tampoco. A trepar árboles y cerros, a ver quien corría más rápido, a brincar a la cuerda, puro deporte extremo, no aptos para niñas almidonadas. Y todas se casaron con aquellos mis amigos, de los que ahora se quejan.
Rafael ha dicho que…
Todoe hemos sido un poco "raros" en la infancia.
Un abrazo.

Entradas populares de este blog

Pájaros

Tu voz y mis hortensias