Girando

Anduve y anduve.
Me perdí por desiertos y colinas.
La Pampa supo de mis búsquedas.
Un día, te encontré.
Creí que el para siempre era posible.
También lo creíste. Morías de felicidad, decías.
Luego, el desierto también te alcanzó.
Desde entonces, el universo gira en sentido  contrario de las agujas de un  reloj.
Quizás por eso sea que en mi vida está todo patas para arriba. 

Comentarios

Sara O. Durán ha dicho que…
Tranquila, mi querida vecina, que luego se endereza todito tu mundo. ¡Confía!
Un abrazo desde el desierto donde vivo.
Alfred ha dicho que…
En cada desierto hay una llave para enderezar nuestro destino.
Besos.
Rafael ha dicho que…
Es posible que sea como dices.
Un abrazo.

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