Los últimos años, se acentuó con la segunda elección de Menem y no decayó desde ahí, tengo la impresión que este país es gobernado por gente que no está del todo cuerda (pero luego, caí en la cuenta que no es cordura la palabra exacta, no es falta de razón, sí de consciencia y sentimientos). Una falta de imaginar el futuro, de predecir lo que ocurrirá con el otro, de identificarse con el otro, y no sólo manipularlo. Ante la urgencia para satisfacer sus deseos, utilizan herramientas que lo hacen quedar bien con ese otro, pero sin compenetrarse con él. La mayoría son seductores, hablan bien (sin papeles), son bellos e inteligentes. A primera vista, uno los acepta, hasta que sus acciones, manipulaciones y mentiras, llegan a hartarnos. Algunos nos damos cuenta antes, otros jamás lograrán hacerlo. Si los miramos bien, vemos que detrás de sus acciones se oculta una demostración de dominación, de poder, todos intentan ser el jefe de la jauría, cuando encue...