Hace unos años escribí esta poesía. Hoy se adueña de mi presente, más que cuando la escribí. Amigos, mamá se marchó hace unos días. El quince de octubre, víspera del día de la madre. Madre con mayúscula. Ahora ando como no sabiendo qué hacer con este tiempo que era suyo, con esta manera de inventar instantes inolvidables. Con esta ausencia que sé, será eterna. Pero ténganme paciencia, alguna vez les dije que jamás cerraría este blog, y así será. Les dejo un abrazo, junto a la poesía que les mencionaba, sus manos y su alegría: Téjeme madre un presente que me cuide de mi misma y que te cuide de los que te descuidan Téjeme madre un olvido de palabras Que la gramática se desteja por sí sola. Y si aún te sobra lana, haz un sosiego que me cubra el alma cuando los demás no entiendan nada. No tejas en penumbras. Tus manos son candiles iluminando mis sombras. Tu palabra es anterior a cualquier palabra se teje a la mía como manta abracadab...