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ROGATIVA A LA LLUVIA

ROGATIVA A LA LLUVIA.  La tierra grita tu falta. Se retuerce, te llama. Mueren pájaros al atardecer.  Y las semillas no supieron lo que es nacer. Alguien llora cercano,  es un campesino de manos inmensas. Sus ojos inventan nubes cubriendo esta sequía siniestra. Cae el fuego sobre la tierra, los nidos se queman sin que nadie lo sepa. "Saquen a San Isidro Labrador" dice una abuela.  Y es como si por un instante,  la fe nos une, esperándote.  Se quema la tierra, lluvia. ¡Perdónanos, por favor!   El hombre cree que la tierra es suya, la saquea, contamina. No parará hasta que la destruya. ¡Regresa, lluvia! No escuches a los insensatos. Esos que no saben de cosechas muertas y de plumas quemándose.  De flores que nunca podran ser, de llantos al amanecer.  ¡Regresa para lavarnos las penas a tantos!     Alicia Abatilli

Recuerdo de otra Navidad

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De las verdades

Hay verdades que no se dicen, apenas se murmuran   y muchas veces se callan. Cada época tiene verdades   silenciadas, cada hombre guarda un secreto en su alma.

¿Cuáles son mis miedos?

¿Cuáles son mis miedos? Conocer nuestros miedos ayuda a darles una respuesta, a no permanecer en ellos. La pandemia ha acrecentado estos miedos. A continuación dejaré una lista de los miedos más comunes en las personas. ¿Cuál es el tuyo? "Miedo a morir. Enfermarme por Covid. Miedo a la muerte de tus amigos, A la de los familiares. Miedo a caer, a salir, a divertirse, [...] de la fatalidad, de la bala perdida, [...] de tener y perder, sea lo que sea! Miedo de traicionar y ser traicionado, de perder el gran amor, de amar y no ser amado, de decir adiós, de irse, de cambiar [...]! Miedo a las brujas, a la oscuridad, al hombre de la bolsa, al viento, al viento, al relámpago y al trueno. Miedo a olvidar lo bueno, enloquecedor, a no vivir [...]. Terror Miedo, [...] manejo de los horrores humanos [...]. [...] Miedo a probar cosas nuevas [. ..]. Miedo al fracaso, descomposición, no reacción, [...] acomodación. Miedo a decir la verdad, a no tener verdades por las que luchar, a herir, a l...

Darse cuenta

Tengo 56 años, recién cumplidos. Y sumé el doble, supe que lo por vivir es menos que lo vivido. Y me dije ¿A qué esperar? ¿Para qué perder el tiempo con aquellos que sólo buscan la banalidad? ¿Cuándo comprenderé que las tristezas de ver a esta país sin rumbo _confieso, desde que tengo uso de razón, nunca lo vi “bien rumbeado”_ me está dejando sin risas? En estas últimas décadas me parece que todo se ha ido a pique, no encuentro ejemplos. Alguien en quien decir ¡Mirá qué bueno! No encuentro gobernantes con ganas de salvar al país, salvar auténtico. No importa el partido, no lo encuentro. Por ahí es cosa del desánimo, o que me ha ganado la desesperanza este día. Es que me importa demasiado la Argentina. Pero claro, uno cumple años y se da cuenta que no está para perder el tiempo. Ni para que otros te lo hagan perder… Ayudo a docentes, intento hacerlo, me enorgullece ver lo que muchos lograron. Pero me entristece que algunos quizás vuelvan a lo mismo de antes. Antes de la pandemi...

¡Inténtalo!

 

De otoño a primavera

Le pregunté: "Otoño... ¿Dónde estás?"  Me responde: "En casa, primavera."