Mi advertencia
Antes de entrar a mi vida, te advertí: "No volverás a ser el mismo, luego ..." Quise protegerte del futuro, el deseo que tendrías de regreso y no alcanzarme. Te dije que una mujer extraña, que ríe sin saber de qué, que habla con las flores y los gorriones, que lee cuando quisieras que no, que escribe papelitos en una letra que nadie entiende y que parece como si no estuviese en ningún lugar, pero siempre está presente. Es una mujer peligrosa, de esas que no se olvidan. Una mujer que no separa el alma del cuerpo, todo lo vive intensamente, llora y se emociona con un atardecer, que escribe versos raros y que canta aunque su voz sea difícil de compartir. Una mujer que pelea por las causas justas y que sufre por los países saqueados, que no discute de política, porque ella misma es política. Que no comulga con los ruines, los corruptos y los que permiten que mueran niños y ancianos de hambre cuando tienen en sus manos el hacer y el poder. Dicen por ahí "quien advierte