En el país de Alicia Abatilli

Me pregunto: ¿venden coronas para el amor que murió? Algunos amores, con una tarjeta de pésame quizás es suficiente, pero otros, hablo de los grandes amores, merecerían el mejor de los cortejos. Por ejemplo, envolverlos en mortajas que hayan tejido hadas del reino "Nunca Jamás". De oro las manijas del cofre donde yace este amor. Caballos blancos tirando el carro (que no, eso es para las bodas, es más o menos lo mismo, puede pensar el descreído). Un inventario de recuerdos grabados en el diamante más grande que uno pueda encontrar. Todo para honrar este amor. Se tapará la fosa y allí quedará. Que nadie ose intentar revivirlo. No es buena idea insuflar vida al  amor que se ha enterrado. Tarde o temprano se vuelve  en contra de quien abrió el cofre y le absorbe el espíritu hasta consumirlo todo. Así, el espectro del amor deambulará buscando una nueva víctima. Mientras, su salvador ocupará la fosa de aquel que él ayudo a desenterrar. 

No acostumbro a recomendar, pero en este caso, me animo.  Siempre me gustó la letra de esta canción, ahora acompañada de las imágenes que pintan de manera maravillosa nuestro norte, lo hago.  Quizás sea también por las texturas usadas en el video,  texturas que están en mi cotidiano vivir . Aquí les dejo la historia:                                         “Doña Ubenza” es la canción con la que se iza la bandera de la mujer originaria y fue compuesta por el cantautor Chacho Echenique. Contó Mariana Carrizo, quien la interpreta: “Doña Ubenza vive en todas las mujeres de esta tierra. Era una mujer de la puna salteña; pastora, hilandera, tejedora, trabajadora de la sal y lavandera, entre otros oficios que desempeñaba para criar a sus hijos”. “Lavaba la ropa en las vertientes, en los pocitos de agua de deshielo, mientras iba cantando coplas que cortaban el frío y la dureza de la suerte de su raza”, añadió. Según Echenique, cuando era niño su madre fue maestra de

No vivas en el pasado. Aprende a cerrar etapas. Sé valiente. Si te han abandonado, aprende a soltar, sigue adelante.  Eres responsable de tu presente, por eso, si quieres salir del pozo, deja de aferrarte a la nostalgia. Ya la has engordado demasiado.   Libérate. El otro, ese que te abandonó, hace rato que lo hizo contigo. 

Golpean la carne, espectros de niños abandonados. Mueren células desamparadas. Siento bajo mis uñas, desprendimiento de sueños. Mutilada, la verdad, deja despojos de piel aferrados al suelo. Mientras, farolean su culpa los genocidas. Peace for Paris.  Jean Jullien