Llorar por llorar, no tiene sentido.
Llorar por llorar, no tiene sentido. Si vamos a llorar que sea con todo el cuerpo, en toda dirección. Por todos los motivos. Llorar hasta que nuestro llanto se convierta en mar y descubramos a las ballenas saltar en nuestro llanto, pequeñitas. Llorar para salvarnos, de todo, de todos, incluso de nosotros mismos...