Palabras de una madre, surgidas desde el dolor de la entrega obligada por la miseria:
Hace un tiempo conocí a Marta, una mujer que vive debajo de un puente,
junto al río Suquía.
Allí sobrevive, con sus cinco hijos, al último decidió entregarlo en adopción para que no sufriera la misma suerte.
Desde ese día esta madre llora esa decisión.
Lo que sigue a continuación, es lo que ella quisiera decirle a ese hijo:
junto al río Suquía.
Allí sobrevive, con sus cinco hijos, al último decidió entregarlo en adopción para que no sufriera la misma suerte.
Desde ese día esta madre llora esa decisión.
Lo que sigue a continuación, es lo que ella quisiera decirle a ese hijo:
“Te tuve que entregar hijo mío,
No porque no fueses bueno,
Sino, para no cargarte con mi destino.Si te hubieras quedado conmigo
No tendrías esa risa de domingo
Ni ese cuarto con juguetes,
Ni ese patio inmenso, en el que te espío.
No tendrías descanso, en los días de frío,
Ni navidades, ni reyes magos, ni travesuras en el río.
Tu escuela sería la calle como lo fue la mía,
Tu ejemplo no sería yo, sino alguna alma perdida.
Aterrado del mañana, vivirías el presente
Navegando siempre, entre la vida y la muerte.
Estuviste en mí, nueve lunas de delirio,
Nueve lunas sin crepúsculos,
Porque me llenaste de versos,
Si hasta te canté algunas nanas
Aunque aún no habías nacido…
Quizás lo hice pensando
Que me buscarías en el aire
De algún viejo suspiro.
Eres bello niño mío,
Con una belleza esmerada,
Tu padres supieron cuidarte
Como yo jamás hubiera podido…
Por eso tuve que entregarte,
Para que no murieras de hambre y frío…
Hoy la que se muere soy yo,
Feliz por haberte visto.
Aunque no quieras mirarme,
tu vergüenza es mi castigo.
Desde que naciste, no he dejado
De soñarte siquiera un día,
¡Cuánto dolor encierra este llanto
al descubrir que me odias tanto!
¡Ay, si supieras hijo mío
que al darte me quedé contigo!”
"Debajo del puente". Río Suquía. Córdoba
Patricia Barone: Canción de cuna.
Comentarios
Cómo describís algo tan terrible como la pobreza de los sin techo de una manera tan dulce, cómo te hacés de la voz de esta madre que sufrirá eternamente el haber dado a este niño.
bravo Alicia, bravo, bravo!!!!
Estela Martinez.
Ahora sé porqué dejaste mensaje en "Así nos la vivimos acá" de mi blog.
Soy un abanderado de la justicia social. Un interesado en las causas justas. Pero lo que aquí describes es lgo sin nombre... El desapego de un hijo es algo terrible, dejarlo por un tiempo en un hospital debe ser devastador, dejarlo en casas de abuelito por unos instantes causa un desasosiego, entregarlo a una gente extraña, para siempre, debe de ser... la muerte.
Me quito el sombrero y te aplaudo por la remoción de sentimientos que causaste en mí.
Sensacional, sigue sorprendiéndonos.
Buena salud a todos.
Desde México. José Luis de la Cruz
Solo deseo que eso que describres, y digo eso porque no me a trevo a definrlo despues de tu descripción, se erradicque de tu tierra cercana y del plantea al completo de una vez.
Gracias por escribirlo.
Me gusta que saberte así.
He sentido rodar por mi mejilla una lágrima que me obliga ha seguir renegando cada vez más de este sistema perverso, pero al mismo tiempo aliento una firme o tal vez una alentadora esperanza de un cambio muy fuerte en este sentido, para ello se necesitan miles de madres como esta, unidas para poder modificar este modelo deshumanizado.
Te felicito por tu objetividad para ver la realidad tal cual es.
No cambies nunca.
Aldo...
Gracias, gracias por acompañarme.
Alicia.
un saludo
De nuevo por aquí.
Gracias por pasar por mi blog, es un honor tenerte por ahí, sabiendo que muestras interés en mis líneas, en mis pensamientos, en la mnifestación imperecedera de mi contexto.
Más honor será que me digas que aceptas que ponga un link a tu página, para recomendarte como un buen blog. ¿Qué dices? ¿Aceptas?
Un beso desde México.
Buena salud a todos.
Creo que el silencio es el mejor homenaje.
Te felicito por esa capacidad de expresar y transmitir la emoción.