Siembra de arco iris

Escribo algunos posts con la intención de alivianar dolores, los tuyos y los míos.
Comprendo que el mal no se va, pero es una forma o un camino.
Al fin y al cabo, escribir es una forma de no darle importancia al absurdo, es un intento de minimizar la perpetua insatisfacción, compañera de la duda y el desencanto.
Mientras tanto, mi sombra aún se recuesta en la búsqueda de otros amaneceres, puedo distinguir entre las huellas del otoño, las pisadas de aquella que seré. Por ejemplo, en estos días, las magnolias juegan con el viento a ser bailarinas exóticas. Se desvisten lenta y seductoramente, pero a la vez casi con el mismo pudor de una mujer desnudándose por primera vez ante su gran amor. El guardián del tiempo, reconocido voyeurista, se distrae contemplándolas. Su descuido, me permite robarle a la niñez el durazno más jugoso que aún aguarda en aquel jardín de puertas siempre abiertas.
Allí llueve polen y los poemas cantan. Es un paraíso sin prohibiciones y los picaflores no temen mojar sus alas porque la tarde es puro vuelo.
¡Se acerca el Sembrador de arco iris! ¿Dónde puedo esconderme?
Dicen que se enoja cuando alguien lo observa sembrándolos, porque después los arco iris no crecen como es debido, los colores ya no son puros, ni brillantes, son una copia mala de los auténticos, como nos pasa a veces cuando llegamos a adultos: ¿Quién nos habrá estado mirando cuando niños, que vamos perdiendo el resplandor de aquel tiempo? Hablo de mí… ¿Hablo de vos?

Comentarios

Caselo ha dicho que…
Mi amiga hermosa, yo también me he preguntado "¿Quién nos habrá estado mirando cuando niños, que vamos perdiendo el resplandor de aquel tiempo?" y ahora que leo tus palabras me encuentro con aquel jardín de sueños y esperanzas. Hay algo hermoso amiga mía: Dicen que al final del arco iris hay un tesoro escondido. Yo pregunto ¿Cuál es el principio, cuál el final?. Un fuerte abrazo de un soñador que se emociona con tu presencia de amiga incondicional y niña por siempre.
Carlos Eduardo
Caselo ha dicho que…
Mi amiga hermosa, yo también me he preguntado "¿Quién nos habrá estado mirando cuando niños, que vamos perdiendo el resplandor de aquel tiempo?" y ahora que leo tus palabras me encuentro con aquel jardín de sueños y esperanzas. Hay algo hermoso amiga mía: Dicen que al final del arco iris hay un tesoro escondido. Yo pregunto ¿Cuál es el principio, cuál el final?. Un fuerte abrazo de un soñador que se emociona con tu presencia de amiga incondicional y niña por siempre.
Carlos Eduardo
Cecy ha dicho que…
Hola Alicia, cuanta verdad pintas en tu escrito, pero siempre en algun lugar ese niño/a esta presente, tendremos que escucharlo mas seguido, quizas pida un poco de atención.

besos
ha dicho que…
HAblás de vos... de mi... de tantos.
Quiero agradecerte por tus palabras en mi blog,
Desde hoy estas en mis favoritos...
Las tuyas... tus palabras son intensas y bellas...
GRACIAS!
¿Escritora o escribidora? ha dicho que…
Creo que para no perder a "nuestro niño" tenemos que obligarnos a practicar cada día...

Jugando... y sorprendiéndonos de las pequeñas cosas...

Un beso
TORO SALVAJE ha dicho que…
Parece que encontré un blog-joya, te he estado leyendo y alucinando a la vez.

Escribes tan bonito y tan bien que me quedé asombrado.

Me ha gustado mucho.

Besos.
José Luis ha dicho que…
Ups! profunda duda siembras en quienes somo padres, pero...¿Quién tiene un manual para serlo?. Por lo pronto no me queda más que tratar de mimetizar el brillo y el color de un verdadero arco iris.

Buena salud a todos.
Juan Rizzo ha dicho que…
Mientras estén tus ojos, habrá por lo menos alguien que insista en sacarle brillo a los colores desvanecidos.
Mientras tengamos tus posts, habrá quién no deje recordar los arcoiris de la infancia.
Un abrazo.
Pancho.

Entradas populares de este blog

Pájaros

Tu voz y mis hortensias