El lugar de las alas rotas.
Mujer.
Mujer y basta…
La que no siempre puede explicar lo que le sucede o reacciona como no debe. Se pregunta “¿estoy loca?”, pero no, no lo está.
Por ahí de tanto amar a quien no debe, termine loca.
De tanto dudar en el próximo minuto no aproveche este segundo.
Mujer que ya no llora...
Volcán y tregua. Amor y entrega
El antes sobrepasando el ahora: “¿Estaré envejeciendo?”.
Hoy busca la paz la que ayer fue guerrera.
Hoy lo perdona todo, antes acumulaba venganzas.
Quiere regresar al principio.
Acurrucarse en el regazo de la inocencia y abandonar allí sus alas rotas…
Mujer y basta…
La que no siempre puede explicar lo que le sucede o reacciona como no debe. Se pregunta “¿estoy loca?”, pero no, no lo está.
Por ahí de tanto amar a quien no debe, termine loca.
De tanto dudar en el próximo minuto no aproveche este segundo.
Mujer que ya no llora...
Volcán y tregua. Amor y entrega
El antes sobrepasando el ahora: “¿Estaré envejeciendo?”.
Hoy busca la paz la que ayer fue guerrera.
Hoy lo perdona todo, antes acumulaba venganzas.
Quiere regresar al principio.
Acurrucarse en el regazo de la inocencia y abandonar allí sus alas rotas…
Comentarios
me gusta, a veces tambien uno quiere descansar...
besos
Desde México, un saludo.
Te mereces un millón de abrazos y caricias.
Me gustó mucho.
Besos.
Es lo que toda mujer en cierta etapa de la vida busca.
Lo de las alas rotas, es inevitable. Allí encontrarás la forma de repararlas. No intentes el vuelo de manera inmediata. Quédate un rato en paz. No creo dejaste de ser guerrera. Quizás más conciliadora.
Hermoso tu blog, hermoso todo.
Carina
mil millones de besos
Sin duda debe ser algo personal, un tema pendiente.
De alguna manera todos tenemos las alas rotas, no hay que creer en las impresiones, las caretas, cada uno hace lo que puede, como y cuando puede.
Pero dejar de pelear?
Se pude ser absolutamente pacífico y el mayor de los luchadores, la hisotria nos da muchos ejemplos.
Tomá carrera Alicia, ¿quién puede detenerte?
EStamos por acá. Un beso, Mauro.
Bella dedicatoria para una mujer en su redención.
Gracias!.
es experiencia entre las heridas del combate vital,
es algo que llega con la edad que todo lo atempera,
que todo madura para darle sabor.
Verdadera esencia de lo que merece
este momento álgido en el vértice
de nuestra montaña haz caso al viente en lo que dice:
no bajes, no derrumbes, sólo alarga la estancia
con lo que sabes,
con lo que vives,
con lo que sueñas.
Un beso... en las alturas
Carlos Eduardo
Precioso tu blog, increible tu forma de escribir, y esa música que no puede traer más que paz.
Encantada de conocerte, todo un placer
Un beso