Río de escamas

A veces creo que el dolor va haciendo crecer en algunas personas algo así como pequeñas escamas, cada vez más duras para ser penetradas.
Nada los conmueve. Los otros tendrían que saber muy bien dónde pegar para lograrlo, pero ellos se encargan que nadie lo descubra.

Cada vez que evidencian que alguien "duele", cierran esas escamas-coraza a voluntad, como para no contagiarse, para no ser vulnerables quizás.

Llegará algún día que de tanto amontonar dolor, las defensas colapsarán y ahí sí veremos cómo se van desgranando en lágrimas, hasta convertirse en un río de escamas.

Comentarios

José Luis ha dicho que…
Cada día me aterro más cuando las escamas crecen en mí sin poder detenerlas.

Creo que estoy mutando, el contexto de nuestros tiempos están creando de nosotros una raza estúpida, una raza enclenque que se encamina a no se donde.

Buena salud a todos.

¿Hagamos algo, no?
Cecy ha dicho que…
a veces el dolor te penetra tanto que te encierra y endurece...

besos ali!!!
¿Escritora o escribidora? ha dicho que…
Es como vivir con una armadura puesta.

Nada del exterior te puede hacer daño, pero tampoco sentirán un beso, la fuerza de un abrazo, el roce de una mano...

Ellos se lo pierden

Besos...
Anónimo ha dicho que…
Escamas, me gusta tal definición para lo que, poco a poco, vamos creando entre nuestra piel y la de los demás, entre nuestros sentimientos y los de los que nos rodean.

El dolor, si físico, puede llegar a ser un tortura si tu resistencia no alcaza a neutralizarlo, el dolor del alma es inabarcable, te puede llegar a hundir en la mas profunda de las oscuridades, en una especie de reino de Hades donde no parece existir la salida.

Como bien te expresas, Alicia, las escamas van creciendo, pero yo creo que no explotan, pueden ocurrir dos cosas tales como la incursión de quienes te quieren y aman abriendo brecha e inyectando luz, sacándote del reino de Hades o una implosión, la muerte en vida que puede llegar a ser la depresión definitiva, la negación de todo.



Qué difícil puede llegar a ser cada día y sin embargo que fácil y maravilloso lo parece cuando te encuentras feliz o a gusto contigo mism@.



Deseo que Hades y su reino vagabundo no se haya detenido cerca de ti, manten tus sentidos alertas pues con su yelmo a veces se hace invisible hasta atraparte. Si así fuera, corre, corre y busca el sol de las sonrisas que tendrás a millares como verdadera rosa de los vientos que creo que eres para muchos de los que te rodean.



Me ha gustado mucho tu reflexión en tu país virtual y me apetecía transmitirte mi reflexión algo mas larga directamente a tu país real que para mi es este correo.



Un beso desde esta pequeña ventana que Hermes me concedió para escribirte
Anónimo ha dicho que…
Wowww ¡es excelente! más allá de coincidir con lo expresado por javier sobre cómo se siente el dolor en cada uno; me dejaste pasmada Alicia con tu prosa-reflexión y ya mismo la capturo:
a) para la radio
b) para poner en mi blog personal de joyas amigas.


si me decís que no, voy hasta Córdoba y te pego.:))


Lili
Anónimo ha dicho que…
No sé si el dolor es lo mismo para todas las personas, si todas lo sienten
de la misma forma. Creo que no. Es dificil saber qué ecos despierta y qué
efectos causa en cada cual. Tu reflexión, que es poesía, como corresponde,
nos muestra el sentimiento ante el dolor ajeno, y ante el modo en que los
otros lo sienten. Mediante afirmaciones, muestras sentimientos, mediante
construcciones, nos haces compartir esa sensación de distancia infranqueable
que a veces nos asalta ante el rostro impasible de alguien que sabemos que
sufre.


José Javier.
Anónimo ha dicho que…
Alicia...siempre el dolor forma una coraza... y lo expresas muy bien y
sentido...
nos hacen inpenetrables...pero es mejor siempre sanar las heridas...El valor
d ela tranquilidad del alma
gracias
BESOS


Morus Gomez
...solo una mujer. ha dicho que…
Mientras coleccionaba escamas solo pensaba en buscar fuera el complemento para mi fuego interno.
A medida que las escamas se acumulaban, iba entrando dentro, escuchando con detenimiento, todos mis sentimientos.
Ahora las escamas me recubren, y me siento como un navío en tiempo lento...
Ya no hay fuego, ni sentimientos...
Ahora solo observo y miento.

Desde mi coraza de escamas, entraste un poco dentro...
por ello, te envío un beso, sin remordimiento.
Caselo ha dicho que…
Dicen que el dolor endurece el corazón y tal vez tengan razón. En mi caso, por el contrario, luego de un dolor agudo mi corazón se abre nuevamente de par en par. Es que si lleno de escamas la esperanza ¿cómo hago para desplegar mis alas y después volar?

Te quiero mucho amiga,

Carlos Eduardo

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