Ciudad sin primaveras
Si será orgullosa esa nube, que apenas moja la acera, pero se va sin borrar las
huellas.
Quizás no sabe cómo duele, quizás no sabe que aunque lo
intente, el dolor jamás perece.
Y se marcha blanca e impiadosa, suave y perfecta.
Y como un árbol que sube sus ramas al cielo, yo le suplico que
regrese, que no es tarde, que le quite el gris a esta ciudad sin primaveras.
Parece tan triste Córdoba, sin flores, sus calles vestidas de ruidos, pero tan calladas.
Ha perdido su acento, sus parques están secos, no tiene jardines que la liberen.
No hay niños jugando en las plazas.
Ha perdido su acento, sus parques están secos, no tiene jardines que la liberen.
No hay niños jugando en las plazas.
Ni se escucha como antes, el diarero pregonando algo bueno.
¿No hay nada bueno o no lo vemos?
Como ese nido de
hornero o esa anciana que teje con
esmero.
¿Y el alma sensible que dibuja en el suelo, aunque sabe que
mil pies pronto borrarán su esfuerzo?
Quizás la nube buena me escuche, ojalá regrese ayudada por
el buen viento.
Y mañana cuando despierte, pueda descubrir
a esta ciudad abanicando su hermosura. Como antes, cuando era Córdoba, La Docta,
pulcra, gallarda y bella.
Comentarios
UN GUSTO VISITAR SU ESPACIO.
UN ABRAZO
Y siento que no sólo es en tu ciudad, homenaje de este escrito.
El retorno de la nube buena, hace falta en muchos cielos, sobre muchas ciudades!
Abrazo
Saludos Alicia
Tu relato poético, no sé por qué, lo he leído como si fuese la letra de una canción Rap y me ha sonado bien. Prueba y verás :-)
Como siempre preciosos.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
¿Perdida o recordada? Las fuerzas de la naturaleza ni siquiera ayudan a restablecer la energía de una flor, ni a limpiar el polvo olvidado,
Todo sigue seco y sin vida.
Hacer y rehacer, tejer y retejer, pintar y repintar, nada es igual, todo ha cambiado pero todo debe seguir su curso como era hace tiempo, cuando la belleza explotaba en una ciudad querida y soñada.
Córdoba te quiere como tu a ella, Alicia.
Siempre recordará que las pisadas que quedaron en el polvo que ni siquiera la lluvia quiere borrar eran tuyas.
Siempre se alegrará de la paz que inspirabas cuando admirando uno de sus jardines hacías que todos tus conciudadanos lo admirasen.
Nunca olvidará tu liviano caminar por sus calles engalanadas con los colores alegres de un eterno atardecer.
Siempre te querrá como tú a ella.
Alicia, este colage es espléndido y el hornero, mirando a todos desde su atalaya, vigila la pronta llegada de su compañera para ofrecerle un hogar tejido con amor.
Enhorabuena, querida Alicia.
Un inmenso abrazo.
No perdamos jamás la esperanza.
Córdoba es preciosa, se merece todo lo mejor.
Te dejo un fuerte abrazo lleno de cariño para animar a tu corazón.
Kasioles