¿Por qué vivir en pequeño si podemos vivir a lo grande? La idea es crear nuestro propio camino, levantarnos cada mañana con alegría y vivir como queramos. Por eso escribo... Para dar cuenta de ello. Poesías mínimas, pero mías.
Borro todo lo que comience con E
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Borro todo lo que comience con
E, me recuerda tu nombre
por lo del exilio, por lo de
escribir en la madrugada
porque niego todo lo que tenga
que ver con la entrega
Tu nombre comienza con cualquier
letra, jamás con E
Tú lo sabes, yo también, pero la
disfrazo, que nadie sepa.
Si no puedes gritarlo es mejor borrarlo, no merece que lo nombres quien prefiere quedar en silencio, Alicia. Eso que te leído por ahí, de hacer cotidiano la poesía es una gran idea, me gusta lo que produce en tu blog. Te leo siempre, cada estrellas que largas a este espacio, no te comento, pero te leo.
Si la respuesta solo puede ser un eco que proviene de una lejanía inmaterial dificilmente salvable, puede ser que no nombrarlo sea un estímulo para sentir la paz. Si exilio y entrega poseen la letra maldita y están estrechamente ligados, posiblemente no exista tiempo para que fructifique en una vida lo anhelado. Se debería de haber empezado antes, mucho antes.
Estábamos extasiados de esperanzas, pero el temor las transformó en añoranzas, supo quebrarse el eco en alabanzas, ahora las palabras no se escuchan, sólo danzan... un abrazo andino el dispesador
Eso si que es borrar un recuerdo. Saludos David Pd: Te invito a que visites mi nuevo blog llamado "Observando Cine". Te adjunto el enlace http://observandocine.com
el eco es casi igual de molesto y pesado que el que el espejo. Tu estás hoy como la canción de José Alfredo Jiménez que dice: "No quiero ni volver a oír tu nombre, no quiero ni saber... Es más déjame la busco y te la canto aquí, "pérame"... Listo, aquí está:
Alicia: Hace muchos años, cuando vivíamos en una casa con un parque enorme, teníamos ungato. Un día lo vimos cómo acechaba a una urpilla que pastaba en el césped. Agazapado, avanzaba cada vez un poco más, hasta que casi llega al punto del zarpazo. Entonces, la palomita voló y se puso a salvo. El gato, desairado, de inmediato cambió su actitud hacia una de calma. No se hizo problema alguno, pese a que observábamos su fracaso. Ese día, ese pequeño felino me enseñó algo muy importante: perdida la oportunidad, no vale nada quedarse en el lamento, pues no se repetirá la situación. Se podría argumentar que los gatos no tienen sentimientos, aunque nadie lo podría segurar plenamente sin ser un gatuno. Siempre es mejor esperar una nueva oportunidad. Un muy cordial saludo.
claro que sí, el corazón tiene su propio abecedario (además llama sin nombrar al único destinatario) Gracias, amiga, por seguir hermoseando la vida Abrazo
Pájaros, pájaros, pájaros golpean sus alas en tu recuerdo. Lo lavan, escurriendo olvidos. Las palabras, enojos y odio se marcharon hace tiempo. Al final he comprendido, que todo es cuestión de vuelos.
Hace falta que lluevas en palabras para que vuelva a crecer el encuentro. Que tu voz sea generosa tierra, y que albergue mis silencios viejos. Hace tiempo que los doblo prolijos, hace tiempo que laten a mi abrigo. Por costumbre ya ni los despierto. Quizás tu voz llegue hasta el jardín perdido donde se esconden los "te quiero" nuevos, Así, será pradera lo que hoy es desierto. Y entre los helechos secos de la ausencia...
Comentarios
Es tan linda tu poesía...
Nunca borresla Esperanza.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Un abrazo Alicia.
Eso que te leído por ahí, de hacer cotidiano la poesía es una gran idea, me gusta lo que produce en tu blog.
Te leo siempre, cada estrellas que largas a este espacio, no te comento, pero te leo.
Si exilio y entrega poseen la letra maldita y están estrechamente ligados, posiblemente no exista tiempo para que fructifique en una vida lo anhelado. Se debería de haber empezado antes, mucho antes.
Un fuerte abrazo, querida Alicia.
pero el temor las transformó en añoranzas,
supo quebrarse el eco en alabanzas,
ahora las palabras no se escuchan,
sólo danzan...
un abrazo andino
el dispesador
Saludos
David
Pd: Te invito a que visites mi nuevo blog llamado "Observando Cine".
Te adjunto el enlace
http://observandocine.com
http://www.youtube.com/watch?v=u-QDNqkcfOk&feature=related
Besitos vecina, ya recogí el encargo, con una verüenza, pero ya no quiero seguir en boca del todo el barrio.
Hace muchos años, cuando vivíamos en una casa con un parque enorme, teníamos ungato.
Un día lo vimos cómo acechaba a una urpilla que pastaba en el césped. Agazapado, avanzaba cada vez un poco más, hasta que casi llega al punto del zarpazo. Entonces, la palomita voló y se puso a salvo.
El gato, desairado, de inmediato cambió su actitud hacia una de calma. No se hizo problema alguno, pese a que observábamos su fracaso.
Ese día, ese pequeño felino me enseñó algo muy importante: perdida la oportunidad, no vale nada quedarse en el lamento, pues no se repetirá la situación.
Se podría argumentar que los gatos no tienen sentimientos, aunque nadie lo podría segurar plenamente sin ser un gatuno.
Siempre es mejor esperar una nueva oportunidad.
Un muy cordial saludo.
Gracias, amiga, por seguir hermoseando la vida
Abrazo
Abrazos