Grácil, como un pájaro, llegaste a mi vida.
Rompiendo tu risa las sombras eternas
No hablabas, cantabas y al cantar, decías.
Tu voz descubría el valor del pensamiento
Me acerqué tanto a ti que fui raíz de tu prisa
Enmudecieron tus labios y me hice copa.
Decidiste partir y fui hoja seca y viento.
Comentarios
Un abrazo en la noche Alicia.
Hermoso poema, Alicia! gracias por regalarlo al mundo y bueno, a un que otro piratón, aunque no lo regales, jajaja.
¡Felices versos!
Muy bello.
Besos
Un abrazo
Un abrazo.
Un fuerte abrazo.
Besos. María
Las prisas, si..., las prisas en este mundo regido por un tiempo implacable son las culpables de no poder ni siquiera sentir la más minúscula felicidad.
Un inmenso abrazo, querida Añicia.
Besibrazos.
¡Qué bueno!
Me gusta el poema y la ilustración que le pusiste, que le va como anillo al dedo.
Un gran abrazo.