¿Por qué vivir en pequeño si podemos vivir a lo grande? La idea es crear nuestro propio camino, levantarnos cada mañana con alegría y vivir como queramos. Por eso escribo... Para dar cuenta de ello. Poesías mínimas, pero mías.
Y será peligroso, quizá fue cuestión de apreciación. Que tan si lo hubieses considerado el nido más seguro, ese de cielo... Hermoso poema, Alicia! gracias por regalarlo al mundo y bueno, a un que otro piratón, aunque no lo regales, jajaja.
El tiempo y el espacio separa sin saberlo y sin piedad momentos que pudieron ser de felicidad absoluta. Las prisas, si..., las prisas en este mundo regido por un tiempo implacable son las culpables de no poder ni siquiera sentir la más minúscula felicidad.
La vida es como una piscina de aguas frías, a veces, y no noso atrevemos a sumergirnos en sus aguas por temor a lo desconocido, sin saber el beneficio que nos puede reportar si, a poquito a poco, o incluso de un solo salto, nos zambullimos en ella. Siempre podremos tomar la escalerilla de vuelta a lo seco. Alguien vendrá a abrigarnos del frío que ha congelado nuestro corazón.
Pájaros, pájaros, pájaros golpean sus alas en tu recuerdo. Lo lavan, escurriendo olvidos. Las palabras, enojos y odio se marcharon hace tiempo. Al final he comprendido, que todo es cuestión de vuelos.
Hace falta que lluevas en palabras para que vuelva a crecer el encuentro. Que tu voz sea generosa tierra, y que albergue mis silencios viejos. Hace tiempo que los doblo prolijos, hace tiempo que laten a mi abrigo. Por costumbre ya ni los despierto. Quizás tu voz llegue hasta el jardín perdido donde se esconden los "te quiero" nuevos, Así, será pradera lo que hoy es desierto. Y entre los helechos secos de la ausencia...
Comentarios
Un abrazo en la noche Alicia.
Hermoso poema, Alicia! gracias por regalarlo al mundo y bueno, a un que otro piratón, aunque no lo regales, jajaja.
¡Felices versos!
Muy bello.
Besos
Un abrazo
Un abrazo.
Un fuerte abrazo.
Besos. María
Las prisas, si..., las prisas en este mundo regido por un tiempo implacable son las culpables de no poder ni siquiera sentir la más minúscula felicidad.
Un inmenso abrazo, querida Añicia.
Besibrazos.
¡Qué bueno!
Me gusta el poema y la ilustración que le pusiste, que le va como anillo al dedo.
Un gran abrazo.