Mi consuelo

Quizás soy alguien que no quiero ser, o un sueño de mundos sin ventanas, de habitaciones cerradas que nadie abrirá.
La gente camina sin mirarme, sin preguntarse quién soy, ni quiénes son ellos. No sé qué pasaría si lo descubriesen.
No sé si les convendría interesarse por mi pensamiento.
O si tendría alguna utilidad para ellos descubrirlo, saber que hasta las piedras guardan sus misterios.
Tanto andar por la nada, que el destino se parece a  una mancha de humedad en el techo.
Defiendo mi verdad, pero no es la de los otros, por eso mi cansancio.
Quizás se trata de la misma claridad antes del amanecer, esa que a los moribundos llega y los hermana con las despedidas. 
A veces creo que no he vivido nada, todo es irreal, como vivido en sueños, digo.
Parece ser que el tener un motivo es parte de la realidad y quienes no lo tienen, mejor no hablen de caminos.
 ¿Y a qué pensar en lo que seré? Si ya soy. Quizás no soy lo genial que alguna vez me imaginé, ni marcaré historia o conquistaré lo inconquistable para los demás.
Creo que vivo  como en un altillo, de allí lo observo todo, pasan tantos locos por la calle, locos que hacen historia, o las inventan…
 Pero a mí no me gustan esas historias, no son lúcidas, duraderas, ni dignas. Llenan carteles con sus caras, pero se muestran como sus historias: la de grandes conquistadores de miserias ya conquistadas.
 Alguna vez, alguien me dijo que podría alcanzar lo que quisiera, prodigiosa mi mente, mi cuerpo soberbio, mi bondad infinita. Pero no le creí, por suerte. De hacerlo, me hubiera cansado de golpear paredes sin puertas.
Sólo creo en este cielo que conquisto en cada lluvia, o en el viento convirtiendo lo opaco en estrellas.  Quizás no tomé suficiente sopa cuando niña, porque no salí tan lúcida como predijeron,  o bella… Prefiero el café negro, eso es lo que me hizo perder tanta filosofía acertada de los que me precedieron,  lo imposible despreciando mis lágrimas, por ejemplo.
Me queda el consuelo  de saber que mi alma no olvidó invocar a los espíritus del encuentro.  Ese que logramos cada vez que me lees, me aceptas y me sacas de este autodestierro...

Comentarios

Arturo ha dicho que…
Alicia:
En cierto modo, todos recorremos el mismo camino: no hay niño en el que no se sueñe un destino venturoso; que suele ser el destino nunca alcanzado por ese mayor.
Si tras una mala interpretación de flauta dulce los mayores ponderan el oído musical del crío y justifican su torpeza con un: "aun es muy chico para tocar como un profesional"; el niño se lo creerá todo, como una verdad revelada.
Al leer tu texto, imaginé que tus palabras, tú misma, eran un libro singular en "La biblioteca de Babel", de Borges.
Así como infinitos libros diferentes habitarían ese espacio, en este mundo infinitas posibilidades se cubrirían con individuos singulares.
Entonces, ¿cuál libro sería el más valioso?
Un gran abrazo.
Narci M. Ventanas ha dicho que…
Mi querida Alicia, somos lo que somos, y poco importa lo que queremos ser, o lo que otros quisieran que fuésemos, porque eso nos nos hace peores, quizá tampoco mejores, pero llegar a ser auténticos, llegar a tener nuestra propia verdad, y defenderla ante los demás, ya nos hace únicos, aunque no nos miren, no nos reconozcan ni se interesen por quiénes somos. Lo importante es conocernos a nosotros mismos y aprender a mirarnos con objetividad pero sin resentimiento.

Ojalá todos esos que lucen sus caras en grandes carteles lograran algún día ser capaces de mirar dentro de sí mismos. El mundo entero cambiaría, eso seguro.

Besos
Alicia, con mis palabras tan infantiles, no podría escribirte un comentario apropiado a las tuyas, pero tus Letras son tan Preciosas...
No comprendo cómo pasas, según he leído entre lineas... desapercibida...
Dices tanto, eres tan sensible, todo lo que publicas me encanta.
¡Confía!
Un abrazo enorme amiga.
Rafael ha dicho que…
Creo que lo importante es que eres tú misma, a pesar de todo y de todos.
Un abrazo y feliz día.
LAO ha dicho que…
Lo que dice Rafael estoy de acuerdo, pero desarrollar la capacidad de adentrarse en los demás es buen ejercicio. Aunque parecen diferentes tienen muchas cosas que tenemos nosotros.
Liliana ha dicho que…
Lo del destino semejante a una mancha de humedad en el techo, que puede tener cualquier forma, distante pero presente me parece genial.
Como toda esta profunda reflexión.
Como ese pasar entre los demás, sin que los demás te noten, pero saben que estás.
Allí, en el altillo, miras desde lo alto, y esperas la lluvia. Como los gatos de la fotografía.
Parece al principio, una reflexión nihilista, luego si te leo bien, me parece todo lo contrario.
Para aplaudir de pie.
Perdón por no saber escribir lo que deseo escribir al leer esta entrada.
Felicitaciones y medalla, querida Ali
salud equitativa ha dicho que…
querida ALICIA, somos lo que hacemos, pero antes de ello somos lo que pensamos, lo que soñamos, lo que sentimos, sin necesidad de expresarnos... y una vez que transformamos nuestras visiones en hechos, inmediatamente somos huella y sombra de nuestra propia gracia, esa misma portadora original del don que motoriza nuestras vidas al sólo efecto de traducirnos en talentos. Podemos ser lo que decimos o también, podemos ser una contradicción de nosotros y nuestras conductas... de ello depende que hagamos honor a la gracia, o que ella misma (gracia) se ponga morada de vergüenza. A la hora de los silencios, la soledad y las lágrimas, cada alma es su único consuelo. Febrero 06, 2013.-
el dispensador
Un fuerte abrazo andino
Joaquín Galán ha dicho que…
Nunca aceptaremos que hemos vivido mucho,siempre nos sabrá a poco.
En realidad la vida es un sueño (ya lo dijeron hace siglos) que soñamos despiertos.Por eso es tan importante el momento actual como bien dices,el ahora,este ahora en que te estoy escribiendo y pienso en tus palabras y en ti...ese es el consuelo de todos.

Un placer Alicia.

Abrazo.
Anónimo ha dicho que…
Lo importante es que te conoces a ti misma; quizás no del todo, pero pones el máximo empeño en ello.
Podemos sugerir lo que opinan de nosotros y establecer nuestros parámetros y nuestras barreras provisionales; pero, lo más importante, es que eres tu Misma, con tus defectos y con tus muchas Virtudes.
Abrazos y besos.
luismadrigal29gmail.com ha dicho que…
Alicia, tú no eres una piedra, sino lo radicalmente contrario. Las piedras, hasta las preciosas o las cosas más perfectas, tan sólo "están ahí", es decir, no existen. Tú, en cambio, no "estás ahí", tú existes y además, en tu caso, existes para ser, que es lo máximo que puede alcanzar el ser humano. Por eso, a mí sí que me interesa saber qué piensas y qué sientes, aunque creo saberlo ya. Y por ello te admiro tanto.
No pude hacer ningún comentario a tu entrada anterior, sobre mi pequeña catástrofe informática. Al parecer aún no había hecho todo lo necesario en relación con lo que exige Blogger. Espero poder hacerlo ahora y te envío un beso. Con algunas "piedras", tan solo se puede hacer eso, besarlas.

Luis Madrigal
Conchita ha dicho que…
HOLA ALICIA, SOY DESCONOCIDA PARA TI,ME GUSTA MUCHO LO QUE HAS ESCRITO.
ME PRESENTO.
CONCHITA SANCHEZ LORENTE,DIRECCION DE MI BLOG :
SOY UNA MUJER DE 72 AÑOS , VIVO ,
COMO LAS FUERZAS ME PERMITEN. ME GUSTA LA LIBERTAD, QUIERO DECIR,
EL AIRE LIBRE, LOS PAJAROS, EL CAMPO,
LAS FLORES, EL SOL , LAS ESTRELLAS. CUANDO CAMINO ME HACE PARAR CUALQUIER
PIEDRA DE LA PLAYA QUE HAYA ELEGIDO ESE DIA, SIEMPRE LE ENCUENTRO ATRACTIVO, ME GUSTA TODO LO QUE LA NATURALEZA ENCIERRA,
LA FORMA DE SER DE ALGUNAS ALTIVAS PERSONAS , NO ,NO...ESO NO, ME GUSTA LA SENCILLEZ Y LO MAS IMPORTANTE...
¡¡¡ ME GUSTA LO QUE HAGO Y ME SIENTO CONTENTA, COMO SOY YO...
UN SALUDO AFECTUOSO, CONCHITA,
P,D, ¡ME ENCANTA EL PERSONAJE DE ALICIA , DE HECHO , HE PINTADO ALGUNOS CUADROS DE ESA NIÑA ENCONTADORA DE CUENTO, SOY UNA ENAMORADA DE LA FANTASIA, MUY BUENAS NOCHES,
Luis Antonio ha dicho que…
Dices:

"Me queda el consuelo de saber que mi alma no olvidó invocar a los espíritus del encuentro"

Y no es poco... porque no tengo la menor duda de que muchos acudirán prestos a esa llamada...

Un abrazo






ANTONIO CAMPILLO ha dicho que…
Querida Alicia, poseer nuestro yo íntimo es bueno. No, no es malo, digamos que un poco latoso. Es bueno porque en ese mundo nuestro nadie, nadie puede penetrar y podemos hacer y deshacer a nuestro libre albedrío. Es latoso porque jamás estaremos seguros de que se nos considere todo lo amigos, firmes, serenos, etc., como nosotros mismos nos consideramos. ¿Es malo considerarnos buenos? Pues no, ¿por qué iba a serlo?
Nuestro mundo interior posee un inconveniente grave: siempre se encuentra solo. La soledad es una de las cualidades per se del ser humano. Y esta soledad, a veces, nos induce a pensamientos que pueden hacernos daño sin desearlo.

Un fuerte abrazo, querida Alicia.

Entradas populares de este blog

Pájaros

Tu voz y mis hortensias