Vestida de otoño
Me puse el mejor traje de otoño, lluvia y ocre vida.
Entre mis brazos, llevaba sueños que temían al invierno.
Y así, vi, vimos, amé,
nos amamos y nos dejamos nacer en besos.
Un mundo de encuentros
acalló al miedo.
La calle se despejó de
culpas y dejó que la cubran las hojas del
nosotros.
No quise mirar más
allá, acepté su promesa de futuro compartido.
De cielo claro, estrellado
de milagros y suspiros que se convierten en versos.
Temí acostumbrarme al
vacío y a la sed de otra piel.
Comentarios
Preferible un cielo estrellado de milagros que uno pleno de vacío.
Gran entrada, acompañada de tu buen gusto al elegir las imágenes.
Abrazos infinitos.
saberse brote adormecido,
savia lenta,
corteza sedienta,
ver hojas secándose a los pies,
cubriendo raíces que están allí,
sin poderse ver...
reconocer que alguien puede llegar,
sentir que la madera también puede hablar,
que los mismos aires se pueden respirar,
que el tiempo es implacable,
que habrá de pasar...
que aún allí, otros días vendrán,
aún busco los ojos... que sepan mirar...
un abrazo andino
el dispensador
Salud.
Besos
Besos. María
Un abrazo.
Besos
Un fuerte abrazo, querida Alicia.
Un poema hermoso, que nos describe la belleza del amor compartido.
Vaya mi felicitación por tu acierto.
Un gran abrazo.
cuando nos dejamos acunar
por un cielo de estrellas
y besos.
Un gran abrazo.