Bailarina de la cajita musical

Alma que mira con ojos de antes el ahora.
Labios buscando el amparo de otro fuego.
Pies pequeñitos que tiemblan sobre este mundo incrédulo.
No sólo las golondrinas huyen del frío.
Ella también lo hace, suspira por un mar que no conoce.
Y acurruca entre sus manos mariposas que pronto serán palabras para regalar a los enamorados.
Mira un espejo en el que no se ve.

Se pregunta si realmente regresó.
El aire le canta al oído una canción que la hace temblar. Sonríe.
Sabe que mientras le duela una canción estará viva, aunque los demás la crean muerta…

Comentarios

Chelo ha dicho que…
Una bella descripción de la bailarina aunque me parece triste que el dolor sea lo que le demuestra que está viva.
Un abrazo
Alicia: Tus lindas palabras hacen que dancen la bailarina al compás de una música silenciosa y rítmica.
Un abrazo fuerte.
Sara O. Durán ha dicho que…
Es que los que la creen muerta, ni idea tienen de todo lo que siente una bailarina de cajita musical, que tiene más vida que much@s que aparentemente viven.
Te quedó bellísimo!
SD
p.d. Y que vamos a hacer para la navidad, me venderás un guajolote este año de tu rancho, exvecina, no me digas que no me apartaste uno?
Marisa ha dicho que…
Me encantan las cajitas de música.
Pero esta parece que libera notas
de dolor, cuando debiera hacer bailar de contento.

Un precioso poema.

Besos

Rafael ha dicho que…
Todos hemos soñado algo parecido ante una cajita de música con una bailarina parecida.
Un abrazo.
Francisco Espada ha dicho que…
Es verdad, es esa canción que duele la que nos mantiene vivos, la que nos arranca emociones hasta en los momentos más desastrosos.
Un abrazo.
Alicia Abatilli ha dicho que…
Aclarando... Espero no "encriptar" más esta entrada.
Aconsejo no tomar literalmente a la bailarina de la cajita musical, como tal. Aunque nadie asegura que la misma sea feliz por dar y dar vueltas en el mismo lugar, a la espera que alguien se acuerde de su cuerda. Si bien la sensación de quien tiene una cajita de música es de alegría, como para alejar penas, como nos canta Mercedes Sosa, en el caso de mi entrada, es algo así como un homenaje a las mujeres, a las que encerradas en su caja-casa, esperan el momento del regreso de aquellos a quienes atiende con tanto amor. Hablo del ama de casa perfecta (no es mi caso, aunque lo intento, sé que es una misión imposible) esa que gira en un mismo lugar y quizás los demás no la ven (a veces ni ella misma se ve) ni ven lo que hace por ellos, la mesa lista, la comida caliente, la ropa planchada. Del otro lado un reproche. Es su manera de vivir, aceptación de su presente. Hacer que merece el reconocimiento de todos, pero muchas veces falta y sobra la ingratitud.
Es un homenaje a esas mujeres que lo han todo dejado por los que aman, olvidándose de ellas, en la mayoría de los casos. Aunque cada tanto, alguien, descubre que están vivas y que de no ser por ellas no habría razón de ser para seguir dándole cuerda a los días.
Un abrazo.
Feliz fin de semana, amigos míos.
Joaquín Galán ha dicho que…
Danzar y danzar sin otras perspectivas no suele ser divertido, es cierto.Sin embargo, hay bailarinas encantadas con su girar y girar sin salir nunca de la misma baldosa...y ante gustos.Lo malo es hacer bailar así a quien ansía hacerlo al aire libre.

Un abrazo Alicia.
Siempre pensaba, y creo que áun, porque no he perdido la capacidad para asombro, que esas bailarinas o demás muñequitos que se envainaban en esas cajitas diminutas, tenían alma y vida. Ya más maduro, volví a revivir esa sensación en la exposición de Las cajitas de Parra, que recreaba desde su espíritu plástico estos adminículos con personajes de la vida. Hoy tu poema, me pone a vivir de nuevo esa sensación de la personificación de la bailarina de una cajita musical. UN abrazo. carlos
ANTONIO CAMPILLO ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ANTONIO CAMPILLO ha dicho que…
Bien, Alicia, tu explicación era procedente si nlo se comprende en su totalidad el fin que se persigue cuando se posee una bailarina de la que se disfruta sin que ella exija nada a cambio. Claro, que alguien podría decir ¿qué es lo que exigiría un juguete? Pues respeto y una llave cuya combinación solo supiese quien la mira y a quien entretiene. Esa es la decisión última de quien lo da todo sin tenerse en cuanta: pierde su vida y pierde a quien ha amado. Sueña y nunca sale de la somnolencia de la imaginación.

Un fuerte abrazo, querida Alicia.
fus ha dicho que…
Siempre me ha parecido triste el baile de una bailarina de una caja de Mùsica.

un abrazo

fus
karras ha dicho que…
Soy un enamorado de estas cosas. En cierta ocasión estuve un mes buscando por un montón de tiendas hasta que encontré una cajita de música para Mar.
En otra ocasión conseguí un arlequín musical que aún conservo y que como bien dices creo en el y el vive con y en nosotros.
Besotes Ali.
josé lopez romero ha dicho que…
El símbolo de la bailarina en su cajita cautiva es propensa a distintas interpretaciones, no sé cuál hubiera ensayado yo, si la que tú apuntas, Alicia, o la magia que desprende la dama de nácar en puntas de pie, como la que tenemos en casa de muchos años. Nunca dejo de escuchar sus silenciosos pasos que giran en su mismo sitio, agradable y hechicera.
Narci M. Ventanas ha dicho que…
Son tantos los corazones que viven así, como esa bailarina en su cajita de música, bailando siempre la misma melodía y buscando en un espejo el mundo que jamás harán suyo... y sin embargo siguen siendo corazones vivos, que sueñan y laten, aunque nadie se dé cuenta ni comparta sus penas y sus alegrías.

Bello texto, Alicia, profundo y pleno.

Besos

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