Anhelo...
Cuatro naranjos en una esquina. Al medio dos limoneros y en la otra esquina, cuatro ciruelos.
En el centro durazneros y lo que me quede de terreno, vides con sus plantas de romeros.
Con los pájaros, de quienes soy amiga, llegaremos a un arreglo: en verano, ellos no me dañan las frutas y en invierno, cuando les falte el alimento, yo me encargaré de proveerlos.
En cuanto a las hormigas, al no saber ya cómo hablarles, pues no escuchan razones, crearé un cerco con mentas, caléndulas y orégano.
Convocaré a las abejas, siempre me agradaron, no sé si ellas lo sepan, pero no dejo de admirarlas cuando visitan mi siembra.
Quisiera que las mariposas también vengan y si tengo la suerte que los colibríes visitaran mis frutales al fin podré decir:
¡He aquí una mujer en primavera!
En el centro durazneros y lo que me quede de terreno, vides con sus plantas de romeros.
Con los pájaros, de quienes soy amiga, llegaremos a un arreglo: en verano, ellos no me dañan las frutas y en invierno, cuando les falte el alimento, yo me encargaré de proveerlos.
En cuanto a las hormigas, al no saber ya cómo hablarles, pues no escuchan razones, crearé un cerco con mentas, caléndulas y orégano.
Convocaré a las abejas, siempre me agradaron, no sé si ellas lo sepan, pero no dejo de admirarlas cuando visitan mi siembra.
Quisiera que las mariposas también vengan y si tengo la suerte que los colibríes visitaran mis frutales al fin podré decir:
¡He aquí una mujer en primavera!
Comentarios
se verá concedido el deseo,
siempre hay una esquina para la esperanza,
donde se plantará el limonero,
cuatro estaciones sin florero,
para atesorar los anhelos...
cada especie que transita la Tierra,
tiene un guía con el que se acuerda,
pero para hablar con dicho ángel,
es necesario caminar sin huellas,
dejando la sombra lejos,
tanto que no se vea...
lo propio sucede con las abejas,
si eso es lo que se desea,
para que polinicen las flores,
se requiere convocar el hado,
un ser que guía la estirpe,
aquí... allá... en cualquier lado...
así como ocurre con los humanos,
que aún teniendo manos,
pueden desconocer los sentidos de los abrazos,
porque al no reconocer a su ángel,
cada consciencia asume los atajos,
de reconocer que un espíritu puede caer sin descanso...
por ello es bueno lo pensado,
entre ciruelos y naranjos,
allí la sombra procede,
desde los paraísos largos...
y ese es un jardín de ancestros,
cuando florece...
cuando persiste...
los colibríes asisten,
con el saber de sus cantos.
enero 17, 2014.-
el dispensador de los veranos intensos...
un abrazo andino.
Abrazazo, mi gran poeta de primavera eterna!
Afectuosos saludos.
Un abrazo.
Saludos.
Besos