Mi madre
Parece ser una mujer más entre tantas mujeres. Algunos la
llaman “abuela”, aunque a ella no le agrada, porque decirle abuela para esos
algunos significa lo mismo que decirle vieja, indefensa, sin fuerzas. Para que
la llamen así, le sobran nietos.
Ante una urgencia, los médicos dicen “¡Pero ya tiene más de
80!”, como si esos 80 significaran el no deseo de pelearla, y por eso se van a
la sala del enfermo que tiene menos edad. Eso la enerva y creo que le brinda más fuerza.
Después, al rato, regresan y cuando la ven leer o tejer, a pesar de su hemiplejía
y su situación, llamada por ellos “crítica”, comienzan a prestarle un poquito
más de atención. "Poné mi nombre en la pared”, me pidió la última vez que la
internaron, “estoy harta que me llamen paciente octogenaria”. Desde ese momento
un cartel grande diciendo “Me llamo IRMA”, adornó la pared sucia y gris de esa clínica
más gris que le tocó por suerte y obra de la mal llamada “Obra Social”. Los
médicos jóvenes aprenden con pacientes como ella,algo de esa asignatura que les
falta en la facultad: los pacientes antes de ser pacientes son personas,
antes de ser una enfermedad son personas, que a pesar de tener más de ochenta,
no son material de descarte… y los más experimentados también.
La última vez no resistió (o no resistimos) la Terapia Intensiva
(mal llamada también terapia intensiva, porque lo único que tiene de intensivo
es el cuidado de que los enfermos no sean visitados por sus familiares, sólo
media hora una vez por día, medida equivocada a mi juicio, pues uno nunca
estuvo tan vulnerable como en una terapia intensiva, más indefenso, allí
desnudo, sin que lo cambien como debe ser, sin tener la fuerza para comer, pues
la enfermera de turno, pobre enfermera, tiene ocho pacientes más que atender,
para mí en esta etapa, el paciente debe ser acompañado por sus seres queridos,
la soledad aumenta su desesperación y su tristeza, lo que puede llevarlos a
mayor descompensación, pero esto es tema para otra entrada en mi blog).
Decía, que en una de esas visitas me pidió como pudo que la sacara de ahí, porque esta vez no iba a resistir un día más. Así lo hicimos, aunque la médica, jefa de terapia, no estuvo de acuerdo, contra el deseo del paciente y del familiar, en este caso no intentó luchar. “Por el sueldo de miseria que me pagan”, me dijo… Aunque sea verdad, hay un deber de su parte, el de proteger a sus enfermos y el de tratar que las cosas no sean tan malas, en esa clínica privada, aunque eso signifique menos dinero para su director.
Decía, que en una de esas visitas me pidió como pudo que la sacara de ahí, porque esta vez no iba a resistir un día más. Así lo hicimos, aunque la médica, jefa de terapia, no estuvo de acuerdo, contra el deseo del paciente y del familiar, en este caso no intentó luchar. “Por el sueldo de miseria que me pagan”, me dijo… Aunque sea verdad, hay un deber de su parte, el de proteger a sus enfermos y el de tratar que las cosas no sean tan malas, en esa clínica privada, aunque eso signifique menos dinero para su director.
Volver a casa fue su salvación, porque volvió a lo conocido,
allí en donde se siente protegida. Y como si fuese un milagro, aunque la médica
que cité anteriormente nos aseguró que no pasaría la semana hoy la vemos ayudándome,
este pasado 29 de enero, con los ñoquis.
Esta entrada no tiene mi
poesía, la poesía está en sus manos, amigos míos, y si por ahí tienen algún ser querido que cae internado, no se muevan de allí, que sepa que están
detrás de la puerta, cuiden cada detalle, vean de hacer aquello que los enfermeros
no pueden hacer y que los demás identifiquen a su ser querido con el nombre, con su manera
de ser, que no sea un número más.
Si, la belleza está
en sus manos, esa mano derecha que apenas puede mover sus dedos, pero atrapa la
belleza de alguna manera, abraza al tiempo con sus gestos y emociona la pasión
que pone en cada intento. Quizás no sea un caso como todos, quizás no sea la
realidad de todos, pero amigos, no tengan miedo de vivir, no tengan miedo de
entregarse, y si por ahí tienen que
cuidar a alguien, no lo duden, ustedes serán los cuidados.
Para mí, mi madre es la poeta de la casa, yo apenas si estoy
aprendiendo alguna letra, su poesía es la realidad, es el día a día, su sonrisa cuando despierta, su manera de resistir a la
desazón, de enseñar que mientras exista algo qué hacer hay una razón por vivir.
Les dejo un abrazo.
Olvidaba contarles, los ñoquis salieron espectaculares...
Comentarios
Así es como se cuida a una madre, ella es tu sonrisa, ella tu alegría, ella tu enfermera ... Pero tú eres su ángel, suerte de tenerla.
Un abrazo muy fuerte amiga.
Y qué satisfacción para una hija poder transmitir esos sentimientos de inmenso cariño hacia la persona que le dio la vida.
Un abrazo.
Esta es la entrada más bella que has subido, mi querida Alicia, con todo y que eres una creadora inagotable de belleza.
Mi mejor abrazo para las dos, con gran emoción!!
Qué bella es esta entrada que nos recuerda cómo debemos llenar de amor a nuestros seres queridos; nada más triste que la tendencia de los mercaderes de la salud de querer convertir a los seres humanos en una parte más de la cadena de producción en la cual, una persona enferma, es importante en la medida que puede pagar los altos costos de una estadía en una clínica privada, costos que generan, además, una plusvalía enorme. Cada persona que es capaz de rodear con amor, con afecto, con solidaridad a otra persona y, muy de manera especial, a un ser querido como la madre, el padre, un hermano o un amigo, es una persona que está abonando el terreno de la vida de otro ser humano.
Qué bello ejemplo de poesía esto que nos has compartido hoy, admirada amiga, Poeta y Escritora.
Un abrazo.
Tu madre: ¡Vaya coraje y ganas de vivir con sabiduría!
Tú: La fortaleza es tu aliada perpetua.
Sanitarios: Si no ganan lo que requieren váyanse, en caso contrario recuerden a Hipócrates.
Un ejemplo en todo para todos.
Un cariñoso abrazo, querida Alicia.
Un tierno beso para ella.
Lo Que Relatas De Hospitales Y Terapias, Por Desgracia Es Común A Casi Todos Los Países Y Yo Puedo Dar FE Con Mi Testimonio Personal.
Nunca Dejo De Pensar En Tí Y Te Leo Aunque No Tengo El Ánimo Para Versificar Como Antes, Porque Mis Composiciones Son FURIOSAS Y DESESPERADAS Ante La Situación Que Atraviesa Mi PObre ESPAÑA...
Un Abrazo Y Dos Besos Cariñosos, Para Tí Y Para Tu Madre, De Tu Poeta Del Otro Lado Del Mar Que Nunca Se Olvida De Tí,
Manuel,-
Mientras estamos sanos de juicio nos sentimos jóvenes aunque no lo estemos pues nuestro pensar no envejece, tan solo nuestro cuerpo que cada día se hace mas torpe.
Afortunadamente que ella tiene habilidades y sabe ocupar su tiempo con ellas, y no digamos tener una hija como tu que la comprenda y la cuida.
Un abrazo.
Y te dire que cuentas muchas verdades sobre como toda la intensidad se basa en dejar solos a los pacientes.
Ellos mejoran mucho más en compañia de sus seres queridos desde luego. Yo insistí mucho en que mi hija tuviese su cama al lado de la ventana para que pudiese contemplar los árboles y me colaba constantemente por sitios del hospital que no sabían que existían ni los arquitectos diseñadores.
Cuando empezó realmente a mejorar, fue al llegar a casa.
Tu madre tiene razón en todo lo expuesto, es ante todo una persona con todo lo que trae detrás pero ante todo persona, coño que a veces también los médicos nos catalogan como enfermedades y como simples adjetivos.
No, no se nos debe olvidar que en esos momentos es cuando más nos necesitan y ahí estaremos, tenlo por seguro. Besotes.
Brindemos por nuestros mayores, estén donde estén.
Besos
Si es la fortaleza y la dignidad en persona.
Lo de su nombre en la pared gris de la clínica, una gran enseñanza.
Felicidades, felicidades y felicidades, por tenerla y por vivir su presente con la magia que se descubre en su fotografía.
un abrazo andino
el dispensador
ando perdido en mis propias huellas.
Real y emotiva descripción compartes sobre esa mujer, bella y fuerte, que tienes por madre. Me quedo con esta imagen de ella y tuya...
Y desde luego, y aun sabiéndolo, tomo muy buena nota de esa recomendación tuya sobre los cuidados que merecen estas personas.
Un fuerte abrazo Alicia. Nos conocemos de hace mucho tiempo a través de los blogs. Aunque llevaba tiempo sin saber de ti al cerrar el mío anterior.