Domingo
Domingo. 8.30 de la mañana. Golpes en mi puerta. No me
levanto. Vuelven a golpear más fuerte, insisten. Me digo que puede ser alguien
que necesita una mano, alguien que no
puede esperar.
Abro la puerta y una mujer de pollera larga me dice “Buen
día, ¿sabía usted que se avecina el fin del mundo?”, le respondo “El fin del
mundo comienza cuando me despiertas a las 8.30 un domingo, deja de pregonar la
destrucción del mundo, deja de molestar las horas venideras, hoy perdiste un
pedacito de terreno allá en el cielo al destruir mi sueño”
Cierro la puerta en silencio. Estoy harta del temor
engendrado por otros, sectas con sus teorías de la destrucción, el
hombre y el mundo, el final y la vida.
Por suerte, mientras nacen generaciones temiendo al
temor, nacen otras que sueñan un mundo nuevo, esos que se detienen ante un
gorrión o una mariposa en pleno vuelo.
Se los descubre
enseguida, así como se descubre a los otros
por su caminar lento, revistas en sus brazos y vestidos largos y
oscuros, los que hablan de construcción, caminan rápido, pero se detienen a levantar un polluelo que
ha caído de su nido.
Puedes verlos en los parques, risa abierta, juegos y
ternura.
Algunos los miran
quizás con lástima, en el mundo actual eso de ser soñador, no es redituable.
Ramilletes de utopías cargan sus manos, nunca te hablarán
de catástrofes, aún en medio de ellas, serán los que encontrarán la puerta a la
esperanza.
Cuando tengas
cerca a uno de ellos sabrás de días ganados.
Dejarás de pensar en lo que has perdido y
descubrirás entre tantas guerras, el nacimiento de un pequeño sol
creciendo por dentro.

Comentarios
Para temer al temor ya tenemos demasiadas realidades...
:)
Besos.
Un abrazo y feliz domingo.
Falsos profetas, "redentores de pacotilla" los ha habido siempre. Y molestan aún más, si perturban el sueño dominical temprano en la mañana.
Feliz domingo y a ver si durante la siesta, no te molestan de nuevo .Ja ja ja.
Un fuerte abrazo.
En el cristal de un sueño he vislumbrado
el Cielo y el Infierno prometidos:
cuando el juicio retumbe en las trompetas
últimas y el planeta milenario
sea obliterado y bruscamente cesen
¡oh Tiempo! tus efímeras pirámides,
los colores y líneas del pasado
definirán en la tiniebla un rostro
durmiente, inmóvil, fiel, inalterable
(tal vez el de la amada, quizá el tuyo)
y la contemplación de ese inmediato
rostro incesante, intacto, incorruptible,
será para los réprobos, Infierno;
para los elegidos, Paraíso.
http://www.poeticous.com/borges/del-infierno-y-del-cielo
No basta ser el último para ser alguna vez el primero.
Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una corona de gloria.
Piensa que los otros son justos o lo serán, y si no es así, no es tuyo el error.
Felices los felices.
(Fragmentos de ciertos fragmentos apócrifos perpetrados por un ciego ilustre - http://goo.gl/swm5Hk )
Un beso.
Abrazo.