¿Imprescindibilidad?

Es bueno sentir bronca,  miedo o impotencia. Es la manera que tenemos de iluminar lo que vendrá.
Lo difícil es quedarnos paralizados, sin reacción, sin ganas de nada, algo parecido al deseo de no despertar.
A veces,  cuesta darnos cuenta. Es tanto nuestro dolor que nos alejamos del otro, el que nos quiere tomar entre sus brazos para consolarnos, y lo herimos para que se vaya, porque  sabemos hacerlo, porque estamos tan convencidos que a nosotros nada nos derribará, tememos que al  reconocer nuestra necesidad de lágrimas pueda llevarnos a reconocer la integridad de ese dolor.  
Herimos al otro pero sólo desviamos la daga, el enemigo en ese instante no es el otro, somos nosotros pero no podemos descubrirlo,  la verdad está dañada por la convicción de la imprescindibilidad.

Comentarios

Rafael ha dicho que…
Es triste reconocerlo, pero suele pasar, muchas veces, lo que dices.
Un abrazo.
Francisco Espada ha dicho que…
Sentirse imprescindible es como cerrar el portillo que te conduce por la vida; el día que te sientas imprescindible, tienes un detector que te aparta de la verdad.
karras ha dicho que…
Y así es. Aunque algunas veces lo hacemos porque creemos que no debemos compartir nuestro dolor para no herirle, lo cierto es que al hacerlo sufre doblemente por nosotros y por él/ella.
Besos Ali.
Armando ha dicho que…
También tenemos capacidad de sanar y cerrar heridas y las nuestras, aunque sean profundas, con nuestra capacidad de raciocinio, pueden llegar a cicatrizar definitivamente. Un fuerte abrazo.
ANTONIOGUZZO ha dicho que…
Bien, si suele suceder
Pero si creo en acciones imprescindibles como:
secar lagrimas ajenas
decir palabras justas en momentos justos
abrazar en silencio
mirar a los ojos
sentir hasta las lagrimas
gritar de impotencia
gritar de alegría
....................
....................
y muchas mas acciones.

Sara O. Durán ha dicho que…
Sí, pasa. Y, así pasa. Hasta que ya pasa. Y un día la circunstancia es otra. Y volvemos a las alegrías.
Muchos besos!

Entradas populares de este blog

Pájaros

Tu voz y mis hortensias