Membretes
Intentamos darle un nombre, el que sea, para explicarnos ese instante que sucede entre dos relámpagos, el
que buscamos cuando nos hieren de muerte y la aceptación de estar obligados a no darnos por vencidos.
¿Qué nombre tendrá un amor que no existe pero creemos que sí?
¿Cuál es el nombre de la ausencia sin ausencia, ese sentirnos incompletos sin necesitar nada?
Llamar de alguna manera al lugar que alguna vez ocupara
alguien que deseamos olvidar, pero no se olvida, vacío que no se puede volver a
cargar, cartucho de lapicera que quisiéramos tirar, pero no lo hacemos porque
es con el que escribimos lo más importante que hemos escrito.
¿Cómo se le dice al que pudiendo, no quiso, y a quien quiso
no pudo?
¿Y a esa carta que sigue ahí, sin ser liberada? Tiempos de
comunicación veloz y de carteros mudos.¿Qué nombre tendrá un amor que no existe pero creemos que sí?
¿Cuál es el nombre de la ausencia sin ausencia, ese sentirnos incompletos sin necesitar nada?
Algo nos estremece, algo que muchos morimos sin saber qué
es. Quizás por no poder nombrarlo, seguimos buscándolo. Aunque nos sabemos
incapaces de hallar la causa de nuestra marcha, seguimos, más solos que antes
de darnos cuenta de ello, menos sabios y quizás
menos cuerdos. Pero continuamos y nos atenazamos a lo que creemos haber escogido,
dudando de todo, sabiendo que es mejor la duda a un mundo de certezas, la caída
es menos dolorosa...
Quizás por intentar nombrarlo todo se nos escapa lo que
no desea ser nombrado. Al darle un nombre le pegamos un membrete a eso que antes no sabíamos darle respuesta. Lo mejor y lo peor vivido por nosotros no tiene nombre. La vida no puede
encerrarse en un diccionario, ni
siquiera lo más terrible puede ser encerrado, porque le estaríamos quitando
posibilidad a lo más bello por vivir.
Hasta mañana. Les dejo un abrazo, mis compañeros de ruta.
Comentarios
Que tengas un lindo miércoles.
Un abrazo.
Besos de primavera incipiente.
Besos Ali.
¡Hay tantas cosas
en el mundo innombrables!
Estupendo este texto Alicia.
Un beso
Estupendos tus pensamientos amiga.
Un abrazo fuerte.
Por contra, la situación, tan repetida de asistir al conflicto de poder y no querer, mientras el que no puede quiere, quizá recuerda, para el primero, el drama de Hamlet y para el segundo el suplicio de Tántalo.
El amor, siempre existe si se cree en él. La ausencia sin ausencia, es presencia viva y palpitante. Todo el que busca, encuentra algo que le conforta y le hace vivir como si lo tuviera, aún sin encontrar nada. La sabiduría más "sabia", es la felicidad. No "esa" que dicen que no existe, sino la perfección del ser en el bien, que implica saber renunciar a lo que se quiere para que otro pueda ser feliz, dentro de lo que puede.
No creo que necesitemos nombrar nada, ni lo que se nos escapa ni lo que se nos adhiere mientras vivimos. Por eso estoy de acuerdo, en cambio, en que lo peor y lo mejor vivido no puede tener nombre. Por la misma razón, porque no necesitamos que lo tenga.
Bellísimo y profundo texto literario.Tengo que disentir, muy sinceramente, del señor al que el otro día no sé qué dijo que le daba, al descubrir blogs como el tuyo. Yo, sí sé lo que me da. Mucha calma, dentro de una cierta sonrisa. Un beso, Alicia.
Luis Madrigal.-
Besos.