Una especie de rezo

Cuando era niña hablaba en un idioma  íntimo, se parecía a un rezo, algo no aprendido, sólo nacía y me sentía parte de la naturaleza.
No la pensaba como algo fuera de mí. Era yo misma, las flores, los pájaros, hasta las arañas que nunca me gustaron. Y conversaba con ellos y ellas, sé que puede resultar extraño, pero en ese tiempo me parecía algo común, algo que todos vivían.
Ahora sé que no lo era. El  paso del tiempo me lo demostró. Esa manera particular de ser feliz,  el no pedir nada, porque lo tenía todo. En esa época no sabía de los errores, no sabía de ofensas ni del perdón. No quería que cambiase nada. Sentía que nadie podía hacerme daño. Creo que era esa edad en la que esa vocesita interior aún no se hacía presente, por eso lo exteriorizaba todo, por eso la culpa o el temor a ofender a otros no estaba, de allí que me sentía libre, con esa fantástica sensación de hacer realidad cuanto sueño se me cruzara por delante.
Lo que me quedó de aquella época creo que es la esperanza y esa manera de darme con los demás como lo hiciera antes con los pájaros, el río y mi árbol. Por eso me sé amiga y es la amistad el sentimiento que más defiendo.
 Llegando a la madurez de mi vida, añoro esa especie de rezo  y de unión que tenía con la naturaleza, cuando creía que cada palabra abría un deseo y podía saber qué me tenía preparado para mañana el destino. 
Hoy sé que lo importante es no perder esa fe en el hombre, aunque los actos de algunos me demuestren que no vale la pena. 
Lo importante es dejar que el universo siga su rumbo pero sin borrar el asombro.
 Creer en lo eterno porque es lo que nos mueve más allá de la costumbre. Seguir cantándole a los que amamos, al que fuimos y al que somos.
Agradecer todos los días por despertar del sueño, descubrir belleza en lo que antes no teníamos en cuenta,   y sabernos afín con todo, hasta con lo que alguna vez negamos pero es parte de nosotros.

Comentarios

Rafael ha dicho que…
Quizás aquel rezo tenía algo especial y que también te "hacía muy especial". No dudes en recordarle y buscarle nuevamente, porque es posible que la esencia de la vida, de tu vida misma esté en él todavía.
Un abrazo en la noche.
LAO ha dicho que…
muy linda postura en la vida es la tuya Alicia.....
Armando ha dicho que…
A través del paso de la vida, nos percatamos de cosas que quizás, en otros momentos, nos pasaban desapercibidas. Descubrirlas en la experiencia de cada día nos da una categoría que los jóvenes no poseen todavía.
Me ha gustado mucho leerte un fuerte abrazo y feliz domingo.
Francisco Espada ha dicho que…
Con el paso del tiempo, sin dejar de ser nosotros mismos, vamos viendo la vida desde otra perspectiva. Muy buena reflexión.
Un beso
Ernesto.. ha dicho que…
Una especie de rezo...

Algunos también participamos de ello, aunque hasta este momento no lo había percibido así.

Excelente recuerdo de ti misma, ayer. Hoy una cierta añoranza. Pero las ideas Alicia muy claras.

Un gran abrazo amiga.
salud equitativa ha dicho que…
somos,
cuando la inocencia nos enaltece,
cuando la humildad nos devuelve,
cuando la gracia de ser... nos envuelve...
simplemente somos,
cuando nos revelamos a nosotros mismos según lo que sembramos,
según lo que nos caracteriza en consonancia con lo que amamos,
lo que no vendemos,
lo que no compramos,
simplemente lo que implica extender nuestras manos,
ser lo que somos,
a través de lo que damos...
lo demás son circunstancias,
a medida que vamos pasando,
se van tejiendo,
mientras las vamos olvidando,
y cuando nos queremos acordar,
simplemente hemos pasado,
somos un dejo de eternidad,
que en algún lugar queda colgado,
que en algún alma deja algo prendado,
porque sea como sea...
lo bueno de la vida,
es aprender a no pasarla de largo.
el dispensador
un abrazo andino
marzo 31, 2014.-
Sara O. Durán ha dicho que…
Y lo sigues haciendo... Es la manera más gráfica de explicar, tu estar
siempre en contacto con el espíritu santo.
Besos.

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