Vestida de madreselvas
Río y cuando lo hago, una mariposa viene a
preguntarme si lo mío es contagioso. Al parecer las mariposas saben de lo
breve, o quizás sean las encargadas de la felicidad, por eso su temor, por si
acaso en mí, la felicidad sea algo más que un instante, piensan cómo explicarles a los demás la tristeza, si hay al menos una persona que no lo está. La tranquilizo, dejo que regrese a su vuelo y me quedo pensando si ella es la felicidad que cansada por lo efímero, vino a desmentirlo en mí.
En mi pelo crecen seres de un tiempo que nadie
conoce, lo trenzan y cantan un mantra que habla de plenitud y de misterios.
Así, toda cubierta de felicidad puedo
reconocerme como recién nacida. No es fácil descubrirse feliz y mantenerse así.
Vestida de madreselvas puedo decir que soy
feliz. Sí, en presente.
Los humanos tendemos a visitar la tumba de la
felicidad, recordarla luego que se ha ido.
¿Si tuvieses que dibujar la felicidad, la dibujarías joven o vieja? Probablemente la pensarías niña, nueva, un instante que se marcha.
¿Si tuvieses que dibujar la felicidad, la dibujarías joven o vieja? Probablemente la pensarías niña, nueva, un instante que se marcha.
La felicidad no puede
ser prostituida, no necesita nada, hablo de la que llega sin palabras, la no
buscada artificialmente, porque ahí está el error, buscarla, pagar por ella,
mutilar lo mejor de nosotros, vendernos.
Por eso no la busco, no hace falta, llega sola, madreselvas, abejas, gorriones, el pan recién horneado y mi mano
recorriendo el atardecer.
Comentarios
Un abrazo y que tengas un lindo día.
Así es la felicidad
Besos
André
UN SALUDO, ALICIA.
Besos Ali.
Besos, querida.