Sexo, sexo y sexo
-En tiempo de crisis no se lee poesía, amiga. Hacé como yo,
que le encontré la vuelta, escribí sobre el sexo, describí, hablá, nombrá. ¿Te
acordás cuando vos me ayudabas para que termine el secundario? No sabía qué
hacer con mi vida, tenía 24 años y me faltaba cuarto y quinto aún… y vos con tu
paciencia infinita, hiciste lo imposible, parecía que estudiábamos a la par,
nunca sentí que me enseñabas, me hacías creer que aprendíamos a la vez-
-Eres muy inteligente, Leticia. Todo mérito fue tuyo. Mérito
que se demuestra en tu nuevo libro. Tercera edición agotada- Sobre la
mesa de mi comedor está su libro, al cual he leído de un tirón
-¿Qué te pareció, Ali?-pregunta ansiosa, como si de mi
opinión dependiese su futuro.
-Que tienes razón, en épocas de crisis, se consume todo lo
que tenga que ver con el sexo. Si alguien quisiera publicar un libro de poesía,
de buena poesía, no sé si llegaría a vender alguno-
-Pero… ¿Qué te pareció?- Insiste
No quiero herirla, no puedo. Me sorprendió su libro, eso le
dije, pero me asombró más su título:Sexo, sexo y sexo. Y no se
aparta de ello, cada página es una exclamación, un gemido, una humedad, un
frenesí, explosión y cansancio sereno.
Me alegró su éxito. Uno toma parte de la felicidad del otro y la vive.
Me alegró su éxito. Uno toma parte de la felicidad del otro y la vive.
-Ya estoy escribiendo el próximo- Y lo dice con esa mirada
que tienen las madres cuando se les recibe un hijo doctor- y también tengo
el título: “Sexo y algo más”
Se marcha feliz, le dedica un libro a mi madre, que aunque
muy progre para su época no sé bien qué dirá después de leerlo. Algo de
“chancha” quizás se le escape, pero lo leerá. Porque ella es respetuosa del
otro. Hasta quizás se ría un poco y espere el segundo libro.
Veo marcharse a Leticia, bella, pelo ondulado, del brazo de
un dominicano millonario, que al leer su libro, decidió bajar hasta la
Argentina y convencerla para que se case con él.
El barrio quedó conmocionado, se preguntaban quién era la
estrella.
No les conté mucho, apenas me animé a decirles “Alguien que
me sugirió que dejara de escribir poesía”. Mi respuesta confundió más a mis vecinas pero quedaron en mi vereda, como esperando que regrese.
Sé que no volverá, comprendí su mirada, leí en ella que yo no había entendido de qué iba el éxito para ser feliz.
Esas cosas que ocurren, uno se cree feliz y los otros nos ven miserables.
Sé que no volverá, comprendí su mirada, leí en ella que yo no había entendido de qué iba el éxito para ser feliz.
Esas cosas que ocurren, uno se cree feliz y los otros nos ven miserables.
Comentarios
Un abrazo.
Afectuosos saludos y muy feliz fin de semana
Por cierto, el sexo, está muy bien, pero hay otras cosas muy importantes en la vida y no todas se pueden colmar con sexo,sexo y sexo.
Este cuento, narración dice una verdad.... sex sex, sex,... si, es natural, es bonito, etc ... pero la poesía me hace sentir mas cualquier emoción, incluido el sex
https://www.facebook.com/antonio.guzzo.5 puedes verla ahí
Saludos!!
Besos veci.
mora en el espíritu de cada quién,
sólo cuando lo hace,
sólo cuando se la cultiva,
sólo cuando se la siembra,
sólo cuando se brota,
sólo cuando se la recoge...
permanece, por siempre,
alimenta el alma,
nutre el karma...
no vende... porque es un éxtasis íntimo... se puede compartir, pero es propio...
el sexo se evapora rápido...
se lleva por delante las realidades,
ocultando las urgencias,
es demasiado efímero...
y cuando pasa,
ni el afecto queda,
porque el puente ya no se cruza,
porque las miradas ya no se entienden...
vende...
pero indefectiblemente se pierde,
llevándose a los que los que lo cultivan...
un abrazo andino de viernes
el dispensador
Besos
Pero pese al "Sexo, sexo, sexo" también ellos necesitan de la poesía.
Quizá debamos acercarnos a ellos con la poesía, lo suficientemente próximos, pero sin caer en la ordinariez, para que la conozcan, la huelan y la lean; así es posible el rescate.
Cada día tiene su afán e igual que hubo un tiempo para los poemas "románticos", "místicos", "épicos"... ahora toca eso: sexo.
De todo se puede hablar, el límite está en la ordinariez.
En Santa Teresa, San Juan de la Cruz o en el Cantar de lo cantares, también encontramos una lectura erótica.
Quizá nos toque ahora ser "Astutos como serpientes y sencillos como palomas"
Un beso.
¡Abrazo!